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La oposición dice que los ceses en Marbella abren aún más la crisis

La destitución de los concejales de Hacienda y Urbanismo, Antonio Luque y Rafael Calleja, respectivamente, cien días después de la moción de censura que desbancó a Julián Muñoz de la alcaldía, ha desatado aún más los rumores sobre una crisis en el nuevo equipo de gobierno, formado por tránsfugas del GIL, PSOE y PA. Según los grupos de la oposición municipal, los ceses de los dos ediles, que pasan a ser asesores de la alcaldía, "evidencian la fractura" del gobierno de Marisol Yagüe y "agravan la precaria" convivencia entre sus miembros. Fuentes municipales aseguran que las destituciones fueron "consensuadas" entre la alcaldesa y sus socios de gobierno.

El portavoz del PSOE, Silvestre Puertas, afirmó que el equipo de gobierno está en proceso de "descomposición" y auguró nuevos movimientos de concejales. "Es un equipo sin futuro ni programa, donde cada cual va por su lado", dijo Puertas. También la concejal del PP, Ángeles Muñoz, insistió en que los ceses empeoran "la crisis institucional" del municipio. "En los últimos seis meses, el Ayuntamiento ha soportado una moción de censura, la división del partido más numeroso y, ahora, la destitución de los concejales responsables de las delegaciones más importantes", añadió.

Decisión consensuada

La alcaldesa y sus dos socios de gobierno, Isabel García Marcos y Carlos Fernández, trataban ayer de mostrar una imagen de normalidad, al margen de las críticas. Fernández explicó que estos cambios no significan que haya ruptura entre los 14 concejales firmantes de la moción de censura. "Cuando se hace una modificación y un cambio en un equipo de gobierno no tiene porque significar que existe una crisis", dijo el concejal expedientado del PA, que eludió el término destitución y optó por calificar la situación de los dos ediles como un caso de "asunción de competencias". García Marcos aseguró el día anterior que la decisión había sido "consensuada".

De hecho, algunas fuentes sostienen que la destitución de Calleja se produjo por presiones de García Marcos y Fernández, que habrían exigido a la alcaldesa que les castigase por negociar a sus espaldas con varios concejales del grupo de Julián Muñoz.

Calleja, quien reconoció los contactos con Javier Lendínez, Alberto García y Carlos Marín, llegó a firmar un documento titulado Bases de un posible acuerdo, en el que se recogían, entre otras exigencias, los ceses de García Marcos, Fernández y Juan Antonio Roca (responsable de los convenios) y dos tenencias de alcaldía. Este hecho provocó el enfado de la alcaldesa y ha sido determinante en su destitución.

Sin embargo, el caso de Luque es muy diferente. Aunque en principio se achacaba su cese a que es responsable de la impopular medida de subir el IBI, un portavoz de la alcaldesa aseguró ayer que el Ayuntamiento mantendrá el incremento del impuesto.

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