El PP mantiene sus votos en las tierras del Ebro pese al conflicto del PHN
El Partido Popular (PP) ha sabido conservar el voto en su feudo de las comarcas del Ebro. Pese a que los nacionalistas de Convergència i Unió (CiU) se han esforzado durante la campaña por recordar que el Plan Hidrológico Nacional (PHN) fue idea del partido liderado por José María Aznar, la formación conservadora tan solo ha perdido allí 258 votos de los 7.849 que sumó en 1999.
Y no sólo retrocede de forma poco perceptible en dichas comarcas, sino que en localidades destacadas como Móra d'Ebre, Gandesa o Amposta ha conseguido arañar votos y mejorar el resultado de los pasados comicios. Así, el PP mantiene el tipo y suma los dos diputados con los que ya contaba antes del conflicto del trasvase.
Convergència i Unió ha sido la formación que más ha perdido en el área, aunque no ha cedido su hegemonía. El trasvase ha supuesto un golpe a los nacionalistas en las cuatro comarcas, aunque no de las dimensiones que se preveía por su apoyo, primero decidido y luego matizado, al PHN, al que, finalmente y con las elecciones a la vuelta de la esquina, se tuvo que oponer con rotundidad.
Si en la provincia de Tarragona el descenso de votos de CiU ha sido de 7,53 puntos, en las tierras del Ebro ha sido del 12,06 (más de 6.300 votos menos). Aun así, la formación continúa siendo la más votada, con 30.354 votos, frente a los 22.668 del Partit dels Socialistes (PSC), segunda fuerza.
ERC saca rédito
El PSC pinchó en Tarragona, donde esperaba obtener su séptimo diputado, pero, sobre todo, fracasó en las comarcas del Ebro donde no ha sabido capitalizar los votos de los miles de ciudadanos descontentos, tanto con el PP como con CiU, que aprobaron el controvertido PHN hace ahora tres años. La formación que ha rentabilizado su oposición al trasvase ha sido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que en las cuatro comarcas ribereñas ha conseguido 12.200 votos más que en 1999, cuando obtuvo 7.102.
El PSC mantiene los diputados (5) que logró en Tarragona en las anteriores autonómicas, lo que se aleja de las expectativas marcadas. La postura ambigua de la que ha sido acusada la formación socialista respecto al agua del Ebro, los recordatorios por parte de CiU y PP del trasvase previsto por el ex ministro socialista Josep Borrell, y el apoyo reiterado de Pasqual Maragall a conectar los ríos catalanes y posibilitar con ello el trasvase del Ebro hacia Barcelona (aunque sólo sea para casos de emergencia) han acabado por conformar un obstáculo para el voto de los ciudadanos a los socialistas.
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