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Entrevista:LUIS BURILLO | Biólogo forense | Apuntes | UN PASO POR DELANTE

"El biólogo es poco corporativista"

Mientras estudiaba, Julio Burillo nunca barajó que su formación biológica serviría para auxiliar juzgados. Ni que su laboratorio estaría en el corazón del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, en el Instituto de Medicina Legal, desde donde asiste a juzgados, fiscalías y demás estamentos judiciales como un funcionario más. A sus 35 años, este biólogo forense inapelable, que eligió la carrera por vocación, colabora en todos los expedientes medioambientales que derivan al TSJ. "Uno de los problemas que se encontraban los fiscales y los jueces es que no sabían interpretar los resultados analíticos para resolver los delitos judiciales", dice este biólogo recordando la singularidad de una figura única en la Comunidad Valenciana y se atreve a indicar que en España, donde sus colegas trabajan en Institutos Nacionales de Toxicología.

En junio de 1997, seis años después de acabar la carrera entró a colaborar con el TSJ. Inicialmente su puesto estaba adscrito a la Universitat de València, donde cursó la carrera y el doctorado, y tres años después el experimento fraguó en una plaza dependiente de Justicia. Desde que finalizó los estudios habían transcurrido seis años. "La gente entra en Biología conociendo las vicisitudes que le esperan. Cuando empecé se hablaba de siete años hasta encontrar tu ámbito profesional. Me pareció una barbaridad, pero me costó eso". Su clave para resistir fue no parar: hizo un master y el doctorado, y aferrado a sus proyectos y a la beca de investigación de la entonces su novia, una bioquímica, se casó. A los biólogos recomienda "mucha paciencia" a la hora de buscar

empleo. Lo importante es disfrutar la carrera porque "tiene un fin, pero también es un fin en sí misma", apostilla.

Otras recomendaciones fue la necesidad de tener la mente abierta para ajustarla al lugar y al tiempo en el que vives: "Inicialmente me gustaba la entomología. De los gusanos pasé a los insectos, de ahí al estudio de las aguas, y salté al medio ambiente", explica un partidario de hacer prácticas, más que de abrumar con currículos. El amplio campo de la Biología: Zoología, Genética, Bioquímica etc. se debilita por el escaso corporativismo de los biólogos que son sustituidos por los licenciados en Ciencias Ambientales, farmacéuticos y médicos, y por la "tímida absorción del mercado laboral". "Por aquí han pasado cuatro o cinco personas en prácticas. Es una pena no poder contratarlos, ni pagarles unas beca".

De la formación universitaria considera "difícil" que responda a las necesidades sociales, salvo "si se crean cursos de especialización, o que los profesores asociados que trabajan fuera de la universidad instruyen sobre las demandas laborales". "¿Cómo podía imaginar una antigua compañera de clase que iba a trabajar analizando mieles?", remacha.

Actualmente se siente sobrecargado de trabajo con una media de setenta expedientes anuales, entre los que se encontraban los de los ríos Magro y Segura, y el de marjal de Xeresa. "No hemos conseguido que se reduzcan los delitos medioambientales. La construcción y los vertidos han incrementado. Éste es el auténtico fracaso", opina, quien preferiría empaparse de la entomología de la fauna cadavérica y de otras prácticas de peritos forenses.

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