Secretos sicilianos
Cierto día, a una mujer le llegaron voces de Sicilia, su tierra de origen. Estaba en el aeropuerto de Fiumicino a la espera de un vuelo con destino Londres, y el vacío de aquel retraso comenzó a llenarlo con imágenes de infancia que tejió para inventar en tiempo pasado una historia y sus personajes. Se fue hasta 1963, aunque luego las voces que le iban hablando se encaminaron hacia sucesos y modos de hacer que venían de más lejos. Al escenario de las conversaciones que se sucedían, porque en la historia la gente no cesaba de charlar, le llamó Roccacolomba y todo aquello que bullía en su cabeza creció hasta convertirse en una novela. Le puso por título La Mennulara, pues así nombraba a quien en su niñez era una hermosa recogedora de almendras. La mujer que aguardaba el avión se llama Simonetta Agnello Hornby, es abogada y vive en el Reino Unido desde hace más de tres décadas. Es su primera novela y ha ganado el Premio Alassio. A poco de empezar la narración se lee: "Hoy se ha apagado María Rosario Inzerillo, conocida como la Mennulara, a la edad de 55 años". Hoy es lunes, 23 de septiembre de 1963.
LA MENNULARA
Simonetta Agnello Hornby
Traducción de Carlos Gumpert
Tusquets. Barcelona, 2003
322 páginas. 15,38 euros
Así pues, la Mennulara es una mujer que nace cadáver para la acción pero irá cobrando vida a través de las voces de otros. Confidencias, verdades, mentiras y secretos resucitarán no sólo su existencia, de la que se sabe todo y nada, sino la de una Sicilia de tiempo inmóvil donde el código de honor y la jerarquía social es el primer mandamiento de sus habitantes. También sucede que en Roccambola los rumores son verdades y la verdad no es más que un rumor que se cultiva en lugares recónditos. La autora ha escrito una novela bien entreverada que fluye transparente entre sus voces. Voces que el lector atiende intrigado por las incógnitas y sus contradicciones. Lee y escucha: ladrona, promiscua, amante, fea, hermosa, dócil, fiera, buena. Es el boca a boca administrando palabras para describir a la Mennulara. Espejos de un calidoscopio que nunca repetirá el mismo dibujo. Simonetta Agnello Hornby maneja bien el misterio, el secreto y la convivencia en una Sicilia antigua y rural que cuchichea con miedo y respeto a la Mafia, y es inteligente en la sucesión de confidencias, pues cuando el lector cree que ya ha logrado el retrato de la Mennulara, ésta se escabulle y se desdice en la siguiente conversación, revelando perfiles que otra voz amplía y una nueva no reconoce. Así hasta el final, pues quien lee seguirá caviloso, ya que todo y nada sabrá a través de los fragmentos múltiples de una mujer que en su esquela, escrita antes de morir, manifestó sus últimas voluntades.
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