La irrupción de Prodi en el debate político italiano crea malestar en Bruselas y Roma

La Comisión Europea hizo ayer un alarde de filigranas para distanciar a Romano Prodi de toda clave electoral italiana tras conocerse el manifiesto político a favor de la coalición de centro-izquierda de su país, que ha causado una gran protesta en el Gobierno de Silvio Berlusconi y cierto estupor en el Parlamento Europeo. El presidente del Ejecutivo comunitario, en viaje por África, no informó a ningún comisario sobre el texto, lo que ha causado igualmente malestar.

El portavoz adjunto de la Comisión, Gerassimos Thomas, niega que Prodi haya querido inmiscuirse en la política italiana, como sostienen varios miembros del Gabinete de Berlusconi y algunos dirigentes de su coalición conservadora, que piden su dimisión. "No hay nada en ese documento que tenga una implicación directa con la política de la presidencia actual o con el Gobierno italiano". Prodi sostiene que el texto resume una serie de "reflexiones" sobre los desafíos futuros de la UE en diversos campos. "Si así fuera, debería haber informado por corrección a los demás miembros del colegio de comisarios", comentó una fuente diplomática.

"Pensando en Italia y en las elecciones europeas de la primavera próxima, he propuesto a todos los reformadores que se identifiquen con una común visión de Europa y decididos a compartir un programa común, de unirse en una única lista", dice el que fuera líder de la coalición de centro-izquierda del Olivo y primer ministro de su país entre 1996 y 1998 en el controvertido documento publicado sólo en su país el lunes bajo el título Europa, el sueño, las opciones.

El presidente del Parlamento Europeo, el liberal irlandés Pat Cox, ha pedido que Prodi esclarezca su posición la semana próxima en el pleno de la Eurocámara. Más contundentes han sido los populares, primer grupo de la Cámara. Su jefe, el democristiano alemán Hans-Gert Pöttering, califica el gesto de "inaceptable e irresponsable".

Sin embargo, los socialistas se muestran mucho más comprensivos. "Prodi tiene derecho a expresar sus opiniones políticas como cualquier ciudadano europeo en un documento de reflexiones sobre la UE. Otra cosa distinta es que anuncie su candidatura a unas elecciones", afirmó el portavoz del grupo, el español Enrique Barón, quien criticó con dureza la actitud de los populares: "Se rasgan las vestiduras por esto cuando hay comisarios como Loyola de Palacio que continuamente participa en actos políticos de su partido en España. Además, nada dicen sobre el espectáculo que está dando un presidente del Consejo Europeo

que desprecia lo que la UE sostiene, como ha ocurrido con el incidente la semana pasada sobre la política de Putin en Chechenia".

Prodi no ha dicho aún cuáles son sus planes una vez concluya su mandato el 1 de noviembre de 2004. Sin embargo, es ya una evidencia que liderará la coalición de centro-izquierda para tratar de derrotar a Berlusconi, como ya hizo en 1996, en las elecciones italianas previstas para 2006.

El presidente asegura que no abandonará Bruselas antes de esa fecha, pero algunas fuentes de su entorno no excluyen tal posibilidad si las elecciones italianas se anticipan como muchos analistas empiezan a pronosticar. "Lo haría sólo si el Consejo Europeo nombrase a su sucesor en la cumbre del próximo marzo", señala uno de sus colaboradores, quien confiesa que "una disolución anticipada de la legislatura haría polvo sus planes".