Ocho inmigrantes de la patera que llegó a Motril murieron ahogados
Varios fallecieron tras caer o lanzarse al mar
Ocho de los 48 inmigrantes que salieron en una patera de Alhucemas (Marruecos) con destino a las costas granadinas el pasado día 3 perdieron la vida ahogados, después de caerse o lanzarse al mar. La patera, que fue rescatada a 35 millas de la costa de Motril (Granada) el viernes pasado, con 40 personas a bordo -dos de ellas fallecidas-, quedó a la deriva tras una tormenta al estropearse el único motor que llevaba.
Según los testimonios de quienes lograron llegar a tierra con vida, el agua y los alimentos se acabaron y algunos inmigrantes decidieron beber agua del mar. Eso, el frío y el sol les provocó desvanecimientos y, probablemente, alucinaciones que propiciaron que se cayeran, o que se tirasen al agua, según la versión de algunos supervivientes. Dos pasajeros murieron en la patera, uno de ellos tras una terrible agonía.
La situación fue dramática desde casi el comienzo del viaje. Un primo de uno de los inmigrantes cuyo cadáver fue rescatado de la patera relató en Motril que su pariente había estado durante 12 horas con "convulsiones; algo parecido a ataques de ansiedad y temblores". Después, falleció. Otro de los inmigrantes estaba extenuado cuando llegaron las embarcaciones de Salvamento Marítimo y de la Guardia Civil, y más tarde murió. Los otros 38 pasajeros llevaban horas, probablemente días, sin comer ni beber y expuestos al sol del día y al frío de la noche en alta mar.
La patera fue avistada cerca de la costa granadina el pasado viernes, a las 13.50, por el barco frigorífico Evans, de bandera panameña.
Según el relato de los inmigrantes, a su llegada al puerto de Motril, y según las diligencias con las que trabaja el juez que lleva el caso, Juan López-Tello, del juzgado de Instrucción número 3 de Motril, la patera partió de Alhucemas con muy buen tiempo. La travesía no debía durar más de 24 horas. La situación se torció, sin embargo, a las pocas horas, probablemente ya en aguas españolas. Una tormenta encrespó el mar y se produjo una especie de motín a bordo. Los inmigrantes pidieron al patrón que regresara a Alhucemas. Éste, según varios inmigrantes, sacó un cuchillo y amenazó con rajar la embarcación, una lancha neumática de entre seis y siete metros de eslora. Luego, la situación empeoró. El motor se paró y, contra lo que suele ser habitual, no había otro de repuesto. El barco, abarrotado de personas, quedó a la deriva.
Agotados los víveres y la bebida, algunos comenzaron a beber agua del mar. En las horas que pasaron a la deriva algunos inmigrantes sufrieron "desvanecimientos" que provocaron que cayeran al mar, o incluso, según algunas declaraciones ante el juez, que se lanzaran al agua debido a la desesperación. Uno de los ahogados habría sido el patrón de la embarcación, según los mismos testimonios.
Tras llegar a tierra, ocho inmigrantes fueron ingresados en el Hospital Santa Ana, de Motril, la mayoría de ellos con hipotermia. Dos de ellos quedaron hospitalizados por sufrir quemaduras de diversa intensidad, si bien no de gravedad. Uno de ellos fue dado de alta el martes y es el único que aún permanece en la península. El resto han sido ya devueltos a Marruecos. Para los dos fallecidos, el juez dictó ayer la orden que permite la repatriación de los cadáveres.
En agosto de 2001 se produjo una tragedia similar. Una patera zarpó de Alhucemas con 30 inmigrantes. Tras una tormenta y varios días de navegación regresaron a Alhucemas. Once pasajeros fallecieron en el trayecto.
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