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Entrevista:JOSEP LLUÍS CAROD ROVIRA | Candidato de Esquerra Republicana (ERC) | ELECCIONES EN CATALUÑA

"Si Cataluña quiere ser soberana lo será, guste o no a Madrid"

Enric Company

Josep Lluís Carod Rovira (Cambrils, 1952) concurre ahora por segunda vez a las elecciones al frente de Esquerra Republicana (ERC), partido del que es secretario general, con el aval de haberlo pacificado y devuelto la autoestima tras la etapa de Àngel Colom.

Pregunta. Ustedes preconizan que Cataluña sea un Estado independiente en Europa, ¿cómo cree que pueden lograrlo?

Respuesta. Desde 1931, Esquerra ha reivindicado un Estado para Cataluña. En 1931 lo enmarcábamos en un Estado federal ibérico. Ahora lo enmarcamos en el espacio europeo. Y eso puede hacerse de una manera, que es la vía democrática, pacífica, política, mediante una mayoría política y social en la urnas. Ahora no la tenemos, pero es nuestro objetivo.

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P. Pero ni la Constitución española ni la europea permiten una pretensión de este tipo.

R. Eso depende fundamentalmente de la sociedad catalana y de nadie más. Si en 1989 el Consejo de Europa reconoció el derecho a la autodeterminación de la nación alemana para reunificarse en un solo Estado, si hace un siglo Suecia y Noruega se separaron en dos Estados independientes, si hace cuatro días acaban de hacer lo mismo Chequia y Eslovaquia, es que en Europa hay unos procesos imparables. Y no se me ocurre que alguien, democráticamente, es decir, que no sea por la fuerza, pueda imponerse a una decisión democrática de la sociedad catalana. Si mayoritariamente la sociedad catalana quiere ser un país soberano, lo será. Guste o no guste a Madrid o a Europa, no tendrán más remedio que aceptarlo. Lo que pasa es que un proceso así no se improvisa. Necesita complicidades internacionales, que hay que buscar.

P. ¿En qué países piensa?

R. Hay una serie de nuevos Estados europeos que sumados tienen un peso importante, y es lógico pensar que su sensibilidad hacia los intereses de comunidades nacionales de dimensiones similares a las suyas será más elevada que la de Estados como el español, el francés, el italiano o el inglés, por ejemplo. Estas cosas no se ganan sólo por simpatía, sino también por intereses. Todos conocemos el papel de Alemania en el acceso de Eslovenia a la independencia. No la apoyó sólo por caridad cristiana.

P. Pero eso desató un proceso dramático.

R. En Eslovenia no mucho.

P. Fue lo que desató la guerra en Yugoslavia.

R. Le hablo de Eslovenia, no de los demás. Más dramático fue lo que hizo la Unión Soviética al cargarse las estructuras estatales de Estonia, Letonia y Lituania, y deportar a la mitad de la población a Siberia. Eso es más fuerte que los 15 días de guerra que tuvo Eslovenia. Cosa que yo no quiero en ningún caso, porque para nosotros no hay causa alguna que merezca ni cinco minutos de guerra.

P. ¿Y cómo piensa avanzar?

R. Pues ganando espacios de complicidad social, elección tras elección. En democracia no puede hacerse de otra forma. A partir del convencimiento y hasta el punto de que el convencimiento sea mayoritario. Entonces se convierte en invencible, que es lo que pasará tarde o temprano.

P. Usted ha dicho que es más factible avanzar con los socialistas que con el PP. ¿Hasta dónde cree que puede llegar con los socialistas?

R. Con un PSOE en el que prevalecieran posiciones más civilizadas, como las que puedan representar los dirigentes del área catalanohablante y aragonesa, podríamos respirar más que en la España asfixiante del PP, que no es sólo inútil y cara para nosotros, sino que además nos excluye y se nos hace antipática. Dependerá del PSOE encontrar los argumentos y las políticas para demostrarnos que es posible un Estado español distinto que se convierta en un espacio de convivencia igualitaria en derechos y deberes para todos los pueblos de España.

Si para hacer posible esto hay que participar en un gran pacto de Estado entre la periferia plurinacional y un partido español de izquierda capaz de hacer un cambio de régimen y de mentalidad en España, y eso implica votar una investidura y poner gente en un Gobierno de Madrid, pues lo hacemos.P. ¿Cambio de régimen, dice?

R. Sí, cambio de régimen. Pero no quiero decir pasar de monarquía a república. Hablo de un cambio de régimen que sea salir del uniformismo político que marca el nacionalismo español de derechas y de izquierdas. Una España así a nosotros no nos interesa para nada.

P. ¿La del PP?

R. La del PP. La que antes construyó el PSOE

P. El PSOE articuló el modelo autonómico.

R. Las bases del Estado autonómico las puso la UCD, en unos momentos en que en España la derecha y la izquierda democrática tenían la mala conciencia de lo mal que el franquismo había tratado a Cataluña. Las bases las puso UCD, el desarrollo le tocó al PSOE y ahora estamos en el momento en que, comparando Quintanilla de Onésimo Redondo y Santillana de Mar, pues, hombre, con Santillana al menos puedes sentarte en una mesa y hablar. Entre otras cosas porque es más facil hablar cuando se procede de cultura democrática que de cultura dictatorial y antidemocrática.

P. Ustedes van a las elecciones con un candidato que hace dos años era secretario general de Convergència. Y en Convergència hay dos ex secretarios generales de Esquerra. ¿Es que se trata de dos partidos intercambiables?

R. Es uno de los signos de los tiempos. Hubo una etapa en la que los secretarios generales de ERC iban hacia Convergència. Ahora, cerrado un ciclo, los secretarios generales de Convergència inician el camino hacia el nuevo catalanismo, el del siglo XXI, que es el de Esquerra.

P. En sus mítines habla de otra idea de la nación catalana, ¿qué otra?

R. Aquí ha habido una idea de la nación absolutamente ficticia y anticuada. Hay ahí una apuesta política de ERC, pero es algo de lo que hago también una cuestión personal. Estamos ante una nueva nación catalana. Expongo un discurso nacional no étnico, integrador, civil, democrático, de libre adhesión, que no comporta renunciar a ninguna identidad previa y es el único que puede hacer de este país una comunidad nacional como pueblo. Y constato con satisfacción que tiene una acogida excelente.

P. Dice que no es nacionalista, ¿qué és?

R. Catalán. Yo soy un catalán nacional, no nacionalista. Políticamente me defino como un demócrata de izquierdas. Según el diccionario de Pompeu Fabra, un nacionalista es aquel que persigue la unidad y la independencia de su nación. O el diccionario o CiU se equivocan. Nacionalista es una palabra que interesadamente se ha criminalizado, no interesa. Yo quiero ser ciudadano de un país que no pida permiso.

P. ¿Se considera español?

R. Yo nacionalmente me siento catalán. Nunca me he sentido español. Mi padre, sí; él se sentía español. Yo me siento catalán, como la mayoría de la gente en Madrid son españoles y en Francia franceses...

P. Usted dice en sus mítines que aquí hay mucha gente con identidades compartidas, catalanes y españoles a un tiempo. Y de hecho, las encuestas indican que éste es el sentimiento ampliamente mayoritario.

R. Sí, sí. Hay gradaciones muy diversas. No he encontrado ni un solo motivo emocional ni cultural para sentirme español.

P. Sé que no quiere pronunciarse sobre alianzas de gobierno o parlamentarias; pero diga cuál es su preferencia, un Gobierno de derechas o de izquierdas.

R. Le diré las alianzas que más me gustan: la de la boda y una saharaui que siempre llevo.

P. Me temo que eso no baste para formar mayoría de gobierno.

R. Preferiría no estar obligado a ninguna alianza y poder gobernar con mayoría absoluta, que es lo que prefieren Mas y Maragall. Lo que sí han de saber Mas y Maragall es que, si Mas pretende gobernar con Esquerra, no le dejaremos que en Madrid se ponga a las órdenes del PP. Y si Maragall pretende gobernar con ERC, no le dejaremos que en Madrid los diputados del PSC voten contra los intereses de Cataluña. Por lo tanto, el problema lo tienen ellos. ¿Serán tan valientes como para aceptar algo así?

P. ¿Por qué no quiere aclarar al electorado si prefiere un Gobierno de izquierdas o de derechas?

R. Un Gobierno de izquierdas es imposible, porque entre ERC e Iniciativa per Catalunya (ICV) no tendremos mayoría. Por lo tanto, puede haber un Gobierno de centro izquierda o con el PSC o con CiU, evidentemente con la presencia de ERC.

P. ¿Está diciendo que no considera al socialista un partido de izquierda?

R. Lo que digo es que si hiciéramos un Gobierno con el partido socialista, sería un Gobierno de centro izquierda. Y si lo hiciéramos con CiU, también lo sería. Si nosotros e ICV hiciéramos un Gobierno con CiU, también sería de centro izquierda. No quiero regalar ni la izquierda al partido socialista ni el nacionalismo a CiU. Eso se ha acabado.

P. ¿Cree que se puede ir a unas elecciones manteniendo una incógnita sobre algo tan trascendental como las alianzas?

R. ¿Acaso han desvelado ellos sus alianzas? ¿Usted sabe con quién pactará CiU? ¿Con quién preferiría hacerlo? ¿Con quién estaría más cómoda?

P. Han dicho que quieren pactar con ustedes.

R. (Se echa a reír) ¡Que no somos criaturas, por favor! No hablo de las bases. Hablo de otra cosa. ¿En qué lugar del mundo se ha visto que se le pregunte con quién formará Gobierno a un partido que no ganará las elecciones? Los dos que tienen la pretensión de ganar son quienes han de decirlo. Yo no quedaré primero. ERC obtendrá un resultado excelente, pero por desgracia todavía no formaremos Gobierno nosotros solos, ni tendremos la hegemonía en el nuevo Gobierno.

Ahora que se expliquen ellos.

"Pasé mis últimas vacaciones en Madrid"

Pregunta. ¿Cuándo ha sido la última vez que ha cocinado y qué ha hecho?

Respuesta. El día antes del inicio de la campaña electoral. Hice una ensalada verde con lo que había en la nevera.

P. Si tuviera un hijo de 18 años en paro, ¿le aconsejaría que acudiera a una ETT?

R. Le aconsejaría que se espabilara. No lo excluiría, pero no sería lo primero que le aconsejara.

P. Si un hijo suyo le dijera que no quiere estudiar, ¿le aconsejaría un oficio?, ¿qué oficio?

R. Ya lo tengo. Le aconsejaría que hiciera el oficio que le gustara, en el que considerara que puede ser competente, el que le hiciera feliz y le gustara.

P. ¿Cual es la última película que ha visto? ¿Cuál es la que más le ha gustado de las que ha visto últimamente?

R. Días de futbol. Me gustó mucho Vida deportiva, que versa sobre una chica judía rusa que se va a Estados Unidos.

P. ¿Ha visto Mi vida sin mí, de Isabel Coixet? ¿Qué haría si le diagnosticaran un cáncer y le dieran dos meses de vida?

R. No la he visto, aunque he leído críticas muy buenas. En cuanto a qué haría, pues no sé, supongo que tomármelo con tranquilidad, viajar a algún sitio que no conozco y sacar el máximo provecho afectivo, estético, cultural, paisajístico, gastronómico y amistoso de mi entorno. Supongo que leería mucho. Y que escribiría.

P. ¿Cuántas veces se ha enamorado?

R. Una. Me puse a ello ya un poco tarde y la elección fue sólida.

P. ¿Le gusta pagar impuestos? ¿Cree que son excesivos los que paga?

R. No es que me produzca una vibración lírica muy intensa, que digamos. Pero hay que pagarlos. Lo que no me gusta es cómo los distribuyen. Ni quién me los distribuye, ni quién me los administra.

P. ¿Le gustaría votar en listas abiertas?

R. Sobre todo en elecciones municipales, aunque también en las generales. No creo que eso variara la orientación de mi voto, pero en algún caso sí.

P. ¿Cuánto va a costar su campaña electoral?

R. 1,3 millones de euros.

P. Si tuviera una hija de 17 años embarazada sin querer, ¿le aconsejaría abortar?

R. No creo que haya una respuesta general para estas cosas. Depende de la circunstancia, de si tuviera pareja o no y, sobre todo, de algo fundamental, que es su voluntad de tener la criatura o no.

P. ¿Cuántas horas efectivas trabaja cada día? ¿Cuántas horas dedica a su familia durante la semana?

R. Depende, pero está entre 12 y 15 horas diarias. Procuro estar en casa los fines de semana. Algunas veces, pocas, llego a media tarde y nos escapamos al cine o a pasear por la playa de Tarragona.

P. ¿Qué contactos personales tiene con la nueva inmigración? ¿Qué cree que es más, un peligro o una oportunidad?

R. Muchos. La diversidad cultural es un fenómeno que me atrae mucho. Conozco el mundo árabe y musulmán, por motivos que no vienen al caso, como el hecho de tener cada verano niños saharauis en casa. Últimamente tengo muchos contactos con la inmigración suramericana. Puede ser no sólo una oportunidad, sino una gran esperanza.

P. ¿Cuáles son sus poetas preferidos?

R. ¡Huy! ¿De cuánto espacio dispone? Muchos. De pequeño me impactó mucho uno, hasta el extremo de que puse un guión entre mis apellidos por haber descubierto un poeta que se llamaba Bartomeu Rosselló-Pòrcel, amigo del alma de Salvador Espriu. Me gusta Joan Vinyoli, me gusta Salvat Papasseit, me gusta Espriu, me gusta Pere Quart, me gusta Vicent Andrés Estellés, me gusta el ibicenco Marià Villangómez, Blai Bonet me gusta mucho y me gusta también Celso Emilio Ferreiro, que es el poeta más importante que ha dado la literatura gallega. La poesía es una de mis debilidades y en casa debemos de tener algún millar de libros de poesía.

P. ¿Qué coche tiene? ¿Cuál es el precio de mercado de su vivienda? ¿Tiene segunda residencia?, ¿dónde?

R. No tengo coche, ni carnet de conducir. Cuando compramos nuestra vivienda pagamos 28 millones de pesetas, hace unos nueve años. Todavía estamos pagando hipoteca. No tenemos segunda residencia.

P. ¿Dónde ha pasado sus últimas vacaciones?

R. En Madrid, España.

P. ¿Tiene en su casa bombillas de bajo consumo?

R. Sí.

P. ¿Tiene un seguro privado?

R. No.

P. ¿Ha visto alguna película pornográfica?

R. Sí, y tanto. Tengo una dedicada por su director, Conrad Son, que se llama Las excursionistas calientes de Cataluña. La dedicatoria dice: "A Josep Lluís Carod Rovira, el polític més trempat de Catalunya".

P. ¿Qué importancia le da a la sexualidad?

R. La sexualidad es inherente a la persona y es importante para todo, para la afectividad, la cotidianidad, la cultura, para todo.

P. ¿Habla de sexualidad con sus hijos?

R. Hemos hablado, pero lo que pasa es que ya son mayores, ninguno para en casa de forma permanente.

P. ¿A qué escuela van sus hijos?

R. A una escuela pública de Tarragona. Los tres.

P. ¿Qué político del siglo XX considera su referencia personal?

R. Es más un intelectual que un político. Rovira i Virgili. Entendiéndole en la dimensión política más institucional, no orgánica y partidista. Más como teórico que como práctico de la política.

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