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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Caretas de Halloween

Quiero pensar que el windsurfista que vimos el pasado viernes disfrutando de las olas en El Puerto de Santa María no sabía que a pocos metros de sus olas de ocio yacía muerto un ser humano, desfigurado terriblemente por una semana a la deriva.

Quiero pensar que en El Puerto de Santa María ni Protección Civil, ni la Policía Local, ni la Guardia Civil ni la Cruz Roja tenían una manta, un periódico abierto que cumpliese otra digna misión, para proteger de las cámaras y las miradas menos que morbosas a aquella persona ignorada que nadie de su familia podría jamás reconocer.

Quiero pensar que si en vez de ser Cádiz y el pasajero de una patera marroquí estuviésemos ante un digno francés caído de su yate en aguas de Biarritz y recogido en la Concha donostiarra, su persona habría sido igualmente cebo descarnado de la cámara del telediario de mediodía del sábado pasado, que, lejos de conformarse con mostrar los cuerpos a pantalla completa, nos reventó la comida y la moral con un primer plano de aquella careta de Halloween hinchada por el agua y comida por los peces, con el visto bueno del profesional Urdaci.

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Quiero pensar que esa hiriente falta de humanidad para con aquellos cuerpos podridos que dejaron familia y amigos con la esperanza de un futuro mejor no es producto de una maquinada puesta en escena de la peor tragedia de la inmigración ilegal en España para remover conciencias en nuestro país vecino del Sur y acelerar la puesta en marcha definitiva de medidas de control en las costas de partida. Miles de marroquíes del Norte han visto en el telediario del sábado pasado esa imagen que tardarán en olvidar.

Quiero pensar que no hace falta haber vivido años en Marruecos, como yo lo he hecho, para sentir vergüenza y asco por este increíble acto de deshumanidad en tierra española. Me vienen a la memoria las imágenes de aquella niña bebé, muerta en una calle en China, a la que sucesivos transeúntes movían con la punta del paraguas, del zapato, con el bastón, para seguir su camino, indiferentes, hasta que alguien cubría aquel diminuto cuerpo humano con un pedazo de cartón. Macabra cámara oculta, bendita denuncia universal de la barbarie.

Ni un pedazo de cartón tenían en El Puerto de Santa María, Rota y Cádiz para esos seres humanos.

Tal vez al profesional Urdaci habría que enviarle de corresponsal al Sur, para que aprendiese a respetar la sagrada intimidad del rostro de quien profesa el islam, porque a estos periodistas sólo les han hablado de los model release que hay que tener firmados de aquéllos a los que filmamos y fotografiamos, no sea que luego nos pidan millones por aprovecharnos de su cara para hacer más llamativos los telediarios y los periódicos.

¡Ah! Olvidé que estos modelos de la Bahía de Cádiz eran sólo caretas de Halloween.

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