Piqué pretende evitar a Gallardón en Barcelona tras la polémica subida de impuestos de Madrid

Las intervenciones externas están monopolizando la campaña de Josep Piqué, candidato del Partido Popular. Después de la polémica por la comparación que hizo Jaime Mayor Oreja de la situación vasca y la catalana, ahora Piqué tratará de evitar la coincidencia con el alcalde de Madrid, el popular Alberto Ruiz-Gallardón, que visitará Barcelona el miércoles. El equipo del presidente del PP catalán argumenta que varios altos cargos del Gobierno están pasando estos días por Cataluña y no se ven con el candidato, porque no hay tiempo para todo.

CARLOS E. CUÉ

Lo cierto es que la semana pasada se anunciaba esta visita con gran interés, y ahora, tras la polémica subida de impuestos anunciada por el alcalde de Madrid, ha pasado a un segundo plano. Ruiz-Gallardón acude a Barcelona invitado por la Casa de Madrid. Le acompañará, o al menos era lo previsto ayer, Alberto Fernández Díaz, ex líder del PP catalán, que fue sustituido por Piqué para estas elecciones. En el equipo del candidato insisten en la normalidad de su ausencia. Recuerdan que la próxima semana viajarán a Cataluña tres ministros: Francisco Álvarez-Cascos (Fomento), Eduardo Zaplana (Portavoz) y Cristóbal Montoro (Hacienda), y el candidato no les acompañará.

Sin embargo, Piqué sí acompañó al vicepresidente segundo, Javier Arenas, cuando visitó la Casa de Andalucía la semana pasada. Además, ofrecerá un mitin conjunto con Rodrigo Rato el jueves en Mataró, y ha acompañado y seguirá haciéndolo a José María Aznar -que visita la comunidad cinco veces en la campaña- y a Mariano Rajoy, que lo hará en tres ocasiones. Piqué no ha ocultado su malestar con el alcalde de Madrid, que anunció su subida de impuestos precisamente el día en que el candidato catalán trataba de vender su propuesta estrella: una bajada de gravamen de un punto y medio en el tramo del IRPF que gestiona la Generalitat.

Piqué continuó ayer con su campaña y aprovechó los comentarios sobre el debate televisivo del día anterior para introducir un nuevo elemento: la llamada al voto antinacionalista, de aquellos que "quieren evitar que gobierne Esquerra Republicana (ERC)". La reflexión del candidato del PP es sencilla: sostiene que durante el debate quedó claro que tanto CiU como los socialistas están dispuestos a ofrecer cualquier cosa a los republicanos con tal de mantenerse en el Gobierno, en el caso de Artur Mas, o llegar a él, en el caso de Pasqual Maragall. "Les darán lo que pidan", insistió Piqué, para aclarar que eso significa que Josep Lluís Carod, líder de ERC, será presidente de la Generalitat. Ése es su objetivo y así lo expresó en el debate donde, según Piqué, Mas "se postró a sus pies".

El PP ha decidido acudir a esta llamada al voto temeroso de la presencia de los "radicales" de ERC en el Gobierno porque está comprobando lo que ya temían, esto es que el voto útil puede debilitar sus expectativas a última hora. Las encuestas ofrecen un complicadísimo mapa político en Cataluña con diversas combinaciones de Gobierno, y el PP es el único de los cinco partidos que no está en ninguna de ellas. Eso puede hacer que los electores que dudan entre PP, PSC y CiU opten por una de estas dos últimas ante la evidencia de que el partido de José María Aznar no gobernará, y será como mucho la segunda fuerza de la oposición.