Muy ágil en ciudad
Aunque mantiene el nombre de su antecesor, el nuevo Panda es un coche diferente y más moderno que puede contar con todo tipo de opciones, incluido el control de estabilidad. Además tiene cinco puertas y un interior más elaborado que potencia sus aptitudes como utilitario.
Mentalidad ciudadana
El diseño interior del nuevo Fiat está pensado para hacer más cómodo el uso diario como coche de ciudad. Destaca la posición de conducción, más elevada de lo habitual y con la palanca de cambios en la consola, muy a mano para facilitar su manejo. También sobresalen la suavidad de los mandos (acelerador, cambio, embrague...) y la dirección, que incluye dos reglajes de dureza seleccionables con una tecla: uno más suave para aparcar (City) y otro más duro y preciso para carretera.
Pero lo mejor sin duda es la sensación de agilidad y solidez que transmite en el tráfico urbano, con un buen ángulo de giro que facilita las maniobras y una gran manejabilidad. Y como tiene una longitud ajustada se aparca bien en los huecos pequeños.
Mecánica sencilla y ABS de serie
La versión con motor 1.2 es la propuesta intermedia del Panda y, al contrario que la variante básica 1.0 (54 CV), permite afrontar los desplazamientos en carretera, aunque sin grandes alegrías. Su reducido peso y buena aerodinámica permiten llanear a buen ritmo, incluso por encima de los límites legales, en trazados amplios, autovías... Sin embargo, pierde el ritmo en las subidas, obliga a reducir y, sobre todo, le falta nervio al adelantar, lo que exige calcular bien las distancias y a veces renunciar a la maniobra y quedar a la espera de una mejor ocasión.
El motor 1.2 de 60 CV aporta una elasticidad sobresaliente en las marchas cortas y sube de vueltas con alegría, lo que facilita mucho la conducción en ciudad, gracias en parte al buen accionamiento del cambio, que también ayuda. Además, los consumos son bastante ajustados: gasta algo menos de seis litros en conducción tranquila y sube a ocho en ciudad y cuando se estiran las marchas.
En contrapartida, el comportamiento dinámico no está tan logrado. Es muy fácil de conducir y se le coge el aire enseguida, pero la altura de la carrocería y las suspensiones blandas están pensadas para la ciudad y acusa las inercias y balancea más de la cuenta en las curvas
cuando se circula en carretera La estabilidad mejora con las llantas opcionales de 14 pulgadas (390 euros), muy recomendables si se piensa viajar: aumentan el aplomo y la sensación de consistencia en todos los trazados. En cambio, en los frenos no falta nada: incluyen un buen ABS de serie y paran el peso con potencia, resistencia y seguridad. Además se puede montar el control de estabilidad como opción (400 euros), y a partir del año que viene se ofrecerá un cambio secuencial sin embrague, ideal para la ciudad.
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