Un utilitario práctico, moderno y económico
Práctico, sencillo y asequible. El Fiat Panda conserva las virtudes que hicieron triunfar a su antecesor y añade una imagen moderna y las últimas sofisticaciones de los utilitarios más modernos. Un coche pequeño, económico y funcional que va a permitir a Fiat volver a competir como marca de referencia entre los modelos urbanos.
Línea monovolumen
El Panda busca la funcionalidad y tiene un diseño entre monovolumen y minitodoterreno. Mide sólo 3,53 metros de largo, pero su arquitectura ofrece dos ventajas muy valoradas por los compradores de coches pequeños: aprovecha mejor el espacio interior y su altura aumenta la sensación de seguridad en el tráfico urbano.
Aunque se trata de un utilitario económico, la carrocería del Panda está más elaborada de lo habitual. Así, el frontal integra con estilo la parrilla, los faros y un parachoques con grandes tomas de aire en la base. El lateral es más simple: cintura recta, trazos verticales y un ángulo trasero muy cuadrado y con el tercer cristal, que aumenta la habitabilidad. Y la zaga incluye un amplio portón con los pilotos verticales. La imagen del conjunto prima la funcionalidad, pero aporta un aire simpático y poco convencional para conectar con el público joven. Además, la aerodinámica es correcta para un coche pequeño (CX: 0,33).
Sencillo y bien aprovechado
Boletín
La línea permite ofrecer un interior con mucha altura que da sensación de desahogo y una posición de conducción elevada muy agradable para circular en ciudad. No destaca por su anchura y para alojar a tres adultos atrás hay que hacer contorsionismos. Pero tampoco se puede pedir más con su tamaño: delante no agobia, aunque la consola central molesta en las rodillas; atrás hay suficiente altura, pero el espacio para las piernas es justo, y cuenta con un maletero muy aprovechable que se puede cargar hasta el techo.
Sin embargo, el Panda aporta detalles prácticos interesantes. La posición del cambio en la consola central deja el piso libre entre las plazas delanteras. Y en las traseras,ademá de que se puede abatir el respaldo en dos partes, se ofrece como opción una banqueta graduable en longitud (235 euros) que permite aumentar la capacidad de carga de 206 a 236 litros. En cambio, la dotación de huecos no es todo lo generosa que se espera en un utilitario moderno. Lleva dos bandejas encima del salpicadero sin apenas sujeción lateral, un estuche sobre la consola, bolsas en las puertas, tres posavasos y una repisa en la zona del freno de mano, y bolsas en las puertas y respaldos.
El diseño interior es sencillo, pero no desentona. Tiene un salpicadero moderno, una consola central práctica y los mandos a mano. Los plásticos son algo tristes, y los ajustes, mejorables, pero las combinaciones de las tapicerías resultan alegres y agradables. Y dentro de su austeridad no está mal acabado ni parece un coche barato. Se echa de menos una mejor insonorización, pero las suspensiones permiten viajar sin incomodidades.
Tres motores y dos acabados
El Panda se vende con tres motores. La versión básica es un 1.1 de 54 CV (sólo en acabado Active). Y por encima hay un 1.2 16v. de 60 CV y el 1.3 Multijet de 70 CV, un moderno turbodiésel muy económico (ambos, con acabado Dynamic). El primero incluye de serie airbag del conductor, elevalunas delanteros eléctricos y cierre centralizado. Y el Dynamic añade ABS, dirección asistida, ordenador de viaje y otros detalles. Además hay muchas opciones: climatizador, ESP, techo panorámico...
La gama se completará con un tres puertas a principios de 2004 y con un todoterreno urbano (tracción 4×4) a final del mismo año.
Conclusión
El Panda es un utilitario moderno y muy práctico para la ciudad. Tiene un tamaño compacto, un interior flexible y una estabilidad y prestaciones correctas. Incluye de serie el ABS, puede añadir todo tipo de opciones y se vende a unos precios asequibles y justificados.
SENCILLO Y SUFRIDO
El salpicadero del Panda abusa de los plásticos grises, pero tiene un diseño más elaborado de lo habitual en coches urbanos. La zona superior integra dos bandejas para llevar objetos, pero no resultan prácticas porque las cosas se caen en las curvas. Y se echan de menos más espacios disponibles porque, salvo las bolsas de las puertas y los tres posavasos de la zona del freno de mano (dos delante y uno atrás), apenas hay más huecos.
La consola central es voluminosa, sobre todo en la parte de arriba, que integra el equipo de música. Sin embargo, la posición del cambio en la zona inferior resulta muy cómoda y práctica: evita alejar la mano del volante al cambiar y deja el piso libre debajo para mejorar la movilidad interior.
Las plazas traseras son sencillas, con una banqueta corrida, un espacio correcto para las piernas y unas tapicerías vistosas, coloristas y sufridas. El respaldo se divide en dos partes y se puede montar además como opción una banqueta graduable en longitud.
Por lo demás tiene un maletero pequeño, pero muy aprovechable, con un portón recto que permite cargar hasta el techo. Y la zaga refleja las formas cuadradas de la carrocería y destaca por las medidas exageradas de los pilotos posteriores.
UN UTILITARIO ASEQUIBLE
Los precios del Panda son económicos y le permiten competir con las versiones intermedias de los utilitarios coreanos más baratos. Incluye el ABS de serie como nota diferenciadora y cuesta 300 euros menos que el Daewoo Matiz CD, que viene también con ABS, pero añade el airbag del pasajero, opcional en el Fiat (150 euros). Además, el Panda es 530 euros más barato que el Opel Agila, que viene menos equipado: sólo un airbag y ABS opcional (451 euros). Y la diferencia con el Twingo sube a 800 euros: el Renault incluye de serie cuatro airbags, pero el ABS se paga aparte. El único más barato es el Hyundai Atos: cuesta 200 euros menos con doble airbag y radio-CD, pero el ABS es opcional (575 euros).
El Fiat aporta los consumos más bajos, la mejor velocidad y las aceleraciones más brillantes (detrás del Twingo). Y tiene 400 euros de descuento de lanzamiento.
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