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Queco, el creador de 'Aserejé', irrumpe en solitario con un nuevo éxito

Su nuevo disco, 'Tengo', ha vendido 50.000 copias en diez días

Manuel Ruiz, Queco, (Córdoba, 1964) parece que tiene ojo clínico para los éxitos comerciales. La cima le llegó tras de escribir Aserejé, con siete millones de copias y número uno en 24 países. "Sabía que iba a ser un éxito", explica. Ahora, este compositor, productor y descubridor de artistas, como Las Ketchup, retorna en solitario con Tengo, que en apenas diez días en la calle ha vendido 50.000 copias.

Desde 1991, cuando sacó su quinto disco como solista, se había dedicado a producir y a componer para otros artistas. Ahora regresa con Tengo, que da nombre al elepé, y De la isla, los únicos temas inéditos de una especie de recopilatorio de las canciones que otros han interpretado.

Queco los canta ahora y no antes porque cuando se dirigía a Barcelona en 1991 para ver el diseño de su quinto disco en solitario, La cuarta Luna, sufrió un terrible accidente de tráfico: "Mes y medio en la UVI y tres meses de rehabilitación", recuerda de un disco al que le había puesto "mucha ilusión" y cuya promoción se fue al traste por el accidente. "Ya no volví a cantar, pensé que tanto esfuerzo y tanto empeño no merecía la pena", cuenta.

Desanimado por el accidente, le dieron la oportunidad de producir y se embarcó en ello. Contribuyó al resurgir de Remedios Amaya, produjo a Pastora Soler y Niña Pastori. Y ahora, éxitos como Dámelo ya, compuesto para Pastora Soler, o Qué maravilla, para Raimundo Amador, vuelven con un toque personal. Por ejemplo, el tema de Pastora Soler regresa "más golfo, como era", afirma. "Ya sé que vienes del moro y, si es buena, dámela que pruebe un poco", dice la letra original. Y, claro, "eso era muy heavy para Pastora", bromea.

Manuel Ruiz habla sin tapujos y no se cree quién para aleccionar a la gente escribiendo canciones comprometidas: "No puedo ser un buen maestro", reconoce. Entiende que el amor y el desamor son los temas a lo que más se le escribe. Y él lo hace. Pero considera que, todos los días, el andaluz tiene un "momento de cachondeo y yo soy el más cachondo del mundo". Y a eso le gusta escribir a Queco, sin obviar el tema de las drogas.

Manuel Ruiz Queco se siente cordobés. A pesar del éxito de su nuevo trabajo presentó ayer el disco en Córdoba. Y es modesto: "Sé que no tengo una gran voz, pero he intentado ser sincero y honesto", comenta sobre el nuevo trabajo que, aunque la mayoría de temas han sido cantados por otros, "todos son distintos". Además, Queco cree que es un buen momento para volver en solitario porque "están saliendo cantidad de artistas sin ser autores y sin decir cosas suyas".

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Queco se ve como un "culito inquieto". No le basta con componer, sacar nuevos grupos, realizar la fotografía de su última portada en la que sale su hijo o producir Ciudad de las ideas, el disco de su amigo Vicente Amigo que le valió el Grammy Latino. "Terminaré haciendo cine", asegura. "Cuando no tengo nada que hacer, hago un corto con la familia".

Queco era escéptico con su nuevo tema, Tengo, del que no oculta que Gran Hermano haya sido su escaparate: "Ha sido una sorpresa, sabíamos que podíamos hacer algo, pero no pensaba que, después de 11 años, con mi voz, iba a funcionar tan bien como si lo cantaba Niña Pastori o Pastora Soler".

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