Trillo atribuye las denuncias sobre el Yak-42 al propósito de lincharle "moral y políticamente"

El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, respondió ayer a las preguntas de las diputadas socialistas María del Carmen Sánchez e Iratxe García sobre el accidente del Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles, el pasado 26 de mayo en Trabszon (Turquía), acusándolas de "confundir los datos" y de "utilizar políticamente y de manera incalificable el dolor de las familias". "A ustedes no les interesa la verdad", les espetó, "porque sólo quieren el linchamiento moral y político de este ministro y este Gobierno".

El ministro reprochó a las diputadas no haber leído los más de mil folios que Defensa ha remitido al Congreso, pero negó datos contenidos en dicha documentación. Aseguró, por ejemplo, que no es cierto que las tripulaciones estuvieran "menguadas y exhaustas", pues "eran dos, reforzadas y habían tenido suficiente tiempo de descanso". Sin embargo, en una respuesta escrita del Gobierno (Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de Diputados. Serie D, número 606, página 268) se reconoce que el periodo de actividad de la tripulación doble fue de 22 horas y 26 minutos, lo que incumple la normativa sobre tiempo de descanso. También desmintió que el avión no tuviera suficiente combustible para llegar a Ankara, pues "nunca estuvo en la ruta del Yakovlev y no tenía que llegar a Ankara". No obstante, en otra respuesta del Gobierno (mismo boletín, página 269) se cita "LTDA: ANKARA (TURQUIA)", entre los "indicativos [de] escalas" del Yak-42. Según el plan de vuelo, enviado también al Congreso, Ankara era el "aeropuerto alternativo" donde debía aterrizar el avión si no podía hacerlo en Trabzon. Preguntado por el resultado de la investigación interna de Defensa, respondió: "La que yo he mencionado siempre y va siendo cada vez más contundente, porque van descartándose informaciones falsas o sesgadas: el error humano, señoría, les guste o no les guste".

Más prudente, Aznar dijo poco antes, en respuesta al socialista Jesús Caldera, que aún no ha concluido la investigación, aunque vaticinó que, cuando lo haga, "algunas personas que han dicho algunas cosas, tendrán que pedir disculpas".