"Sin Internet haría la radio que corresponde a gente de mi edad"

"450 millones de personas hablamos la misma lengua. ¿Por qué voy a renunciar a tener más oyentes? Sin Internet, haría la radio que corresponde a la gente de mi edad y dejaría de lado a muchos grupos de oyentes". Así es Julio Lagos, periodista argentino de 58 años de edad que ha ganado el premio de periodismo radiofónico Rey de España 2003.

Su trabajo fue por Madrid en vivo, emitido en el programa La mañana de Julio Lagos. "Transmití en directo desde Madrid con el teléfono móvil. Al mismo tiempo, hacía fotos con una cámara digital, escribía las crónicas con el ordenador portátil y las publicaba en Internet. Hacía los programas desde la calle, desde el museo del Prado o contaba qué es lo que estaba viendo en la feria del libro".

"No pretendo realizar ningún tipo de análisis. Simplemente, utilizo todas las herramientas que tengo a mi alcance. Lo que me gusta es contar historias y tengo la tendencia a hacerlo de distintas maneras. No soy fotógrafo, pero hago fotos. No soy un escritor, pero escribo. Además, hablo por la radio. Lo que me gusta es la comunicación".

Lagos intervino en el Congreso Iberoamericano de Periodismo Digital, organizado por el periódico Clarín y con la colaboración del Congreso de Periodismo Digital de Huesca y de la Asociación de la Prensa de Aragón.

Tras una breve experiencia en la prensa, en 1963, empezó a trabajar en la radio. "Además de hacer locución comercial y anunciar pasta de dientes, ejercía el periodismo en un programa de noticias".

"Uno va creciendo y comprobando que ninguna de sus certezas es válida. Introducíamos nuevas técnicas en la radio hasta que llegó Internet. No tengo afición por la tecnología, pero vi que la Red nos abría la posibilidad de aumentar nuestra audiencia. En la radio, el alcance de la onda es un límite. Con Internet, descubrimos que nos podían escuchar en todas partes y a cualquier hora".

Lagos se ha reunido varias veces con grupos de oyentes en España. "A la última que realizamos en un café de Madrid asistieron 35 personas. No los había visto nunca, pero los conocía por su nombre en el chat".

Cree que la participación del oyente siempre es beneficiosa. "A veces, nuestros oyentes en el extranjero se convierten en periodistas. Hace una semanas, cuando concedieron el Premio Nobel de Literatura, le pedimos a un oyente que vive en Suecia que estuviera a una hora determinada al lado de su televisor y que lo retransmitiera". La economía argentina no está para gastos. "En el programa, trabajamos cinco personas. La página de Internet se mantiene desde mi casa. Del diseño se ocupa una de mis hijas".