"No vamos a permitir que una reforma haga más pobres a los pobres"
El presidente de México, Vicente Fox, rebajó sus expectativas sobre un acuerdo migratorio con Estados Unidos, y descarta que la eventual ejecución de medidas impopulares, concretamente un IVA del 10% a alimentos y medicinas, hasta ahora exentos en un país con el 50% de sus cien millones de habitantes en la pobreza, pueda causar problemas de gobernabilidad o la insurrección registrada en Bolivia. "Aquí esos temas se tramitan de forma democrática (...) En estos tres años se ha fortalecido la institucionalidad de México y no vamos a permitir que las reformas hagan más pobres a los pobres". El futuro del polémico gravamen, rechazado en bloque por la oposición, determinará el músculo de la reforma fiscal y, en buena medida, el mandato del gobernante.
"En México hay institucionalidad porque abrimos la participación a todos"
"La reforma fiscal representa la oportunidad de combatir la pobreza"
"Cuando hay que reclamar, reclamamos; cuando hay que exigir, exigimos"
Fox, por otra parte, anunció la pronta reanudación de las conversaciones con EE UU para intentar la progresiva legalización de tres millones y medio de mexicanos y ampliar el cupo de temporeros. "No hay que generar demasiadas expectativas. Llevamos meses sin avance alguno", declaró Fox en una reunión con corresponsales extranjeros. Los acuerdos, si los hay, serán parciales. La tibia solidaridad de México a raíz del 11-S, su oposición en la ONU a la invasión de Irak y el cambio de prioridades en la agenda estadounidense, arrumbaron unas negociaciones en las que el Gobierno tenía puestas grandes esperanzas. Washington, contrariamente, demandó a México una mayor vigilancia de la frontera común, de 3.200 kilómetros.
El ex gobernador de Guanajuato y ex gerente de Coca-Cola llegará al tercer aniversario de su investidura, el próximo primero de diciembre, obsesionado por el déficit cero, sin acuerdo migratorio y con una economía que apenas crece, un 1,5% este año. No pudo cumplir sus principales promesas: la masiva creación de empleo; las reformas fiscal, energética y laboral; la modernización del Estado de derecho, o la desmovilización del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Su oficialista Partido Acción Nacional (PAN) sufrió las consecuencias, en las legislativas de julio pasado, con una sensible pérdida de escaños en la Cámara de Diputados.
"No vamos a permitir que una reforma haga más pobres a los pobres. Todo lo contrario", subrayó Fox, cuya popularidad en las encuestas en todavía alta. "Los pobres aportarán el 10%, pero se van a llevar el 100% de la recaudación del IVA", en programas sociales, educación, salud e infraestructura. Las encuestas y la realidad certifican la desconfianza al respecto porque los circuitos de asistencia social son precarios y vulnerables a las trampas. El 60% de las medicinas las compra el Gobierno para su posterior distribución "gratuita entre los más necesitados", según recordó el mandatario. La eliminación de las exenciones fiscales es uno de los ejes del actual debate político nacional. La oposición pide que antes se combata una evasión escandalosa: cerca del 40% y más de 8.000 millones de dólares en pérdidas anuales. Los más ricos y los pobres de solemnidad son quienes menos pagan en México.
"Nuestra propuesta es ir a un IVA generalizado del 10%, y siempre estaremos atentos para platicar con el Congreso qué se puede hacer con las personas de menor ingreso", prometió Fox. Otras fuentes anticipan que el Gobierno acabará rebajando la pretendida fiscalidad o no será aprobada. El presidente necesita de reformas para llenar de contenido una gestión que la mayoría de los analistas castiga severamente. El electoralismo previo a las generales de 2006 y las pugnas internas de los partidos impidieron, hasta ahora, los consensos reclamados por la transición mexicana.
"La reforma fiscal representa la oportunidad de responder a las demandas de infraestructura en el país, de asegurar un sistema de salud universal, de cobertura plena a todos los mexicanos y de combatir la pobreza a fondo", insistió Fox. La comparación con los problemas afrontados por el Gobierno de Bolivia no sirve, insistió Fox, porque en México hay estabilidad política, social y económica.
El presidente mexicano citó la solución de los conflictos sobre productos agropecuarios, la ley sobre derechos indígenas, que a pocos complació, o el proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto, que el Gobierno debió suspender vencido por una violenta sublevación de campesinos. "En México hay institucionalidad, porque interviene el Congreso Federal, los congresos locales, el Ejecutivo Federal, pero sobre todo, porque abrimos las puertas a la participación de todos".
La negociación de un acuerdo migratorio con Washington es otro de los grandes asuntos de Estado. Fox comenzó ayer una gira por Arizona, Nuevo México y Tejas para reforzar las relaciones comerciales y políticas con esos Estados y debatir con sus gobernadores sobre la situación de los inmigrantes. Tejas compra 41.000 millones de dólares en exportaciones mexicanas, y Arizona, 6.700 millones. EE UU y México, afirmó Fox, han reanudado el diálogo y "el próximo paso es la [reunión] binacional a celebrarse en Washington". "A partir de allí tendremos un programa específico. Lo que sí creo es que iremos avanzando con algunas resoluciones concretas en algunas áreas específicas, mientras vamos construyendo en su conjunto el acuerdo integral".
El Senado de México pidió al presidente que denuncie durante su viaje los abusos cometidos en las zonas fronterizas contra los compatriotas en desgracia. Anualmente son detenidos 1,2 millones de inmigrantes indocumentados en EE UU, según el gubernamental Programa de Enlace Binacional México-Estados Unidos. Paralelamente, rancheros norteamericanos persiguen a los indocumentados, casi a lazo, los capturan y entregan después a las autoridades.
El asunto es espinoso y el Gobierno mexicano efectúa gestiones ante el Gobierno del presidente George W. Bush, ante el Congreso norteamericano y ante los Gobiernos de los Estados fronterizos, para acabar con esas prácticas y tratar de activar las mortecinas negociaciones migratorias. El anterior ministro de Exteriores mexicano, Jorge Castañeda, declaró hace dos años, que no aceptaría menos que "la enchilada [torta de maíz rellena de manjares] completa", pero el paso de tiempo atemperó las apetencias gastronómicas. Más de 25 millones de personas de origen mexicano viven en EE UU.
Los promotores de la inmigración mexicana, incluida la ilegal, argumentan que la agricultura y determinados sectores industriales norteamericanos podrían afrontar problemas de mano de obra de endurecerse las medidas contra su entrada. Una de las propuestas de Fox es ampliar los visados para los temporeros. De todas formas, la reciente elección de Arnold Schwarzenegger como gobernador de California suscitó en México serias preocupaciones sobre nuevos controles en la línea divisoria. "Cuando hay que reclamar, reclamamos; cuando hay que exigir, exigimos, cuando hay que denunciar, denunciamos", dijo Fox. "Es la ruta más importante para nosotros".
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