Padre periodista, madre enfermera y un abuelo taxista
La futura reina de España ha conocido tanto por parte paterna como materna la realidad del mundo trabajador
La futura reina de España no procede de la aristocracia ni de la alta burguesía. La periodista asturiana Letizia Ortiz Rocasolano, que el verano próximo contraerá matrimonio con el heredero de la Corona, nació hace 31 años en el seno de una familia ovetense de condición económica sencilla. Desde niña vio en su abuela paterna, la locutora Menchu Álvarez del Valle, una de las voces más populares de la radiodifusión asturiana del último medio siglo, y en su propia madre, Paloma Rocasolano, el ejemplo diáfano del papel laboral que, en pie de igualdad con los varones, han ido conquistando las mujeres en la sociedad española.
Tanto por parte paterna como materna, la futura princesa de Asturias ha conocido por ello, desde su infancia, la realidad de la España trabajadora, la de tantos millones de familias humildes que han ido progresando y forjando un cierto desahogo económico a base de tesón y esfuerzo.
La futura princesa y sus dos hermanas estudiaron en un centro escolar público
Javier Ortiz quiere ante todo no ver perturbada su vida profesional y privada por la boda
La madre de Letizia se ha refugiado en su casa de Vicálvaro, asediada por los medios
Su abuelo materno, Francisco Rocasolano, fue taxista en Madrid y ahora reside, con su esposa, la asturiana Enriqueta Rodríguez, en un barrio de Alicante, a donde la pareja se trasladó hace 15 años cuando Francisco alcanzó la jubilación. Letizia viajó por última vez a Alicante hace sólo unos meses para celebrar en familia el cumpleaños de su abuelo.
Por entonces, el marido de Menchu Álvarez del Valle, José Luis Ortiz Velasco, se afanaba en su modesto trabajo de vendedor de máquinas mecanográficas Olivetti. Eran los tiempos en que España se aventuraba en el tránsito desde la economía de guerra, intervenida y autárquica, a los primeros esbozos de un consumismo incipiente y los primeros intentos de normalización económica con el plan de estabilización.
El nacimiento de Letizia el 15 de septiembre de 1972 fue un acontecimiento familiar, como corresponde al advenimiento de todo primogénito. Luego llegarían sus hermanas Erika y Thelma. Letizia tuvo una niñez sin penurias, pero sin lujos. Ni sus padres ni sus abuelos vivían en el corazón burgués de Oviedo y los dos sueldos de cada matrimonio daban lo justo para salir adelante con algún desahogo.
Sus padres están divorciados. El padre, Jesús Ortiz, de 53 años, trabajaba por esas fechas en el equipo técnico de Radio Oviedo. La madre, Paloma Rocasolano, de 51 años, ejercía como enfermera en el ambulatorio de la calle La Lila, cerca del domicilio familiar, situado en la calle del General Elorza.
Cuando llegó la edad de la escolarización, Letizia y sus dos hermanas no fueron matriculadas en alguno de los elitistas colegios privados de la capital, una ciudad con larga tradición burguesa, sino en un centro escolar público, La Gesta 1, en la parte alta de la urbe, algo distante de su domicilio, pero muy próximo a la casa de los abuelos paternos.
Como la madre tenía que hacer guardias en el ambulatorio, las niñas acababan merendando y haciendo los deberes en los estudios de Radio Oviedo, entre magnetófonos, discos, escaletas y el trajín de los locutores y el personal técnico. Pero el ambiente periodístico también se extendía al hogar. Letizia recordó hace unos meses que en su casa siempre vivió rodeada de periódicos.
Por aquellos años, la familia empezó a permitirse algunas estancias estivales en un pueblo de la provincia de Valladolid y, poco después, en Ribadesella, una localidad de la costa oriental asturiana, en la que desde finales del siglo XIX han coexistido, sin mezclarse, la aristocracia de mayor abolengo y la pujante burguesía industrial y financiera del Principado, que veraneaba en las privilegiadas edificaciones erigidas al pie de la playa y en la margen izquierda del río Sella, y el pueblo llano, que habita en la orilla contraria, en unos terrenos ganados al mar.
Cuando en los primeros años ochenta su padre se convirtió en director de Antena 3 Radio en Asturias, Letizia, que ya había hecho alguna incursión literaria en una revista del colegio, dio sus primeros pasos en la radio con un programa sabatino de temática infantil, El columpio. Luego vino el primer curso de bachillerato en el Instituto Alfonso II, de Oviedo, y a los 15 años su marcha a Madrid en 1987 por el traslado profesional de sus padres.
El padre, ya en Madrid, comenzó a trabajar en Estudio de Comunicación con sus paisanos asturianos Benito Berceruelo y Lalo Azcona. En su puesto de consultor se ha encargado de diversos proyectos de asesoramiento de empresas, lo que le ha permitido adquirir conocimientos económicos. Aunque apenas ha estado destacado en comisión de servicios en alguna de las empresas clientes de Estudio de Comunicación (una de las facetas que distingue a este gabinete), durante 1999 y 2000 estuvo al frente de la emisora Antena Aragón en Zaragoza en la que tenía una participación Estudio de Comunicación. Posteriormente se incorporó de nuevo a la oficina de la consultora en Madrid. Esta consultora, una de las más veteranas del sector, da empleo a 60 consultores. Ortiz es considerado en el sector como muy meticuloso y riguroso. Huye de los actos sociales y le gusta más estar en la cocina de la empresa y preparar los datos y los informes hasta en sus más mínimos detalles. Quiere ante todo que la boda de su hija no perturbe su vida profesional y privada.
La madre siguió trabajando en el sector sanitario como enfermera. Paloma Rocasolano es hoy una mujer comprometida con los problemas de su profesión, la enfermería, gran amante de la lectura y el arte, viajera, y entregada a sus tres hijas. No se le han caído nunca los anillos para defender a las 350 enfermeras que trabajan en los centros de salud y ambulatorios del Área Sanitaria 1 de Madrid, que comprende distritos no exentos de problemas como los de Vallecas o Vicálvaro. Entró en contacto con el mundo de la enfermería en los años setenta. Cursó los dos primeros años de estudios en el madrileño hospital Gregorio Marañón. Volvió a Asturias para el tercer año de estudios, en el hospital General de Asturias. Años más tarde, ya de nuevo en Madrid, trabajó en el hospital Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares.
Paloma Rocasolano no acudió a la reunión sindical semanal del pasado lunes. En los últimos días se ha mantenido refugiada en su vivienda en Vicálvaro, asediada por la prensa tras el anuncio de la boda real.
Información de Javier Cuartas, Oriol Güell y Santiago Hernández
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