Quiero ser madre

Naces mujer, creces, estudias, haces amigos, conoces a alguien especial y decides compartir la ilusión de ser madre. Ambos lo deseamos con toda el alma, pero tenemos problemas. Tu ginecólogo te dice: "Porque no tengas hijos no se va a acabar el mundo".

Comenzamos un duro camino de pruebas, tratamientos. Te sientes culpable, incompleta, impotente, empiezas, incluso, a arrepentirte de haber nacido mujer y piensas que tu pareja debe pensar que eres como la tierra árida.

Sigues adelante como puedes, confías en la suerte, en el sistema..., existen técnicas de reproducción asistida que nos pueden ayudar a conseguir nuestro sueño, ¡ser padres! Sigues con tratamientos, pruebas, incluso llegas a perder tu libertad sexual. Te realizan una técnica y "fallas" de nuevo. Tienes 37 años, te apuntas a una lista para un nuevo intento, una nueva técnica (FIV). Cuál es tu decepción cuando ya cumplidos los 38, y a falta de pocos meses para los 39, tienen la desfachatez de decirte que debido a tu edad ya no tienes derecho a que se te ayude, antes están las jóvenes. Te alejas de la familia, de los amigos. ¿Cómo puedes ir a ver a los tuyos, ver niños y no sentir envidia?

En un país dónde la tasa de natalidad está bajo mínimos, tienen la desvergüenza de repudiarte, de dejarte a un lado como a una mula vieja ¿Dónde está la igualdad de oportunidades? ¿Como no puedo afrontarlo económicamente tengo que resignarme a no ser madre?

Todo esto me está afectando psicológicamente. Además, ¿quién determina qué casos son más importantes a la hora de que el sistema sanitario corra con los gastos?

Sé muy bien que si algún día consiguiésemos hacer realidad nuestro sueño se me aceleraría el corazón. ¡Estoy convencida que sería una buena madre! Soy yo, Merche, soy mujer y ¡quiero ser madre!