Maragall reivindica para la izquierda la bandera de la seguridad y critica el despliegue de los 'mossos'

El socialista Pasqual Maragall deja que Convergència y Esquerra se peleen por el voto nacionalista. Él va a poner todo su empeño en ofrecer a los ciudadanos un programa social de propuestas concretas que afectan a la vida cotidiana. Ayer, en Mataró (Barcelona), reivindicó para la izquierda la bandera de la seguridad, vinculada a las mejoras sociales: "La derecha no es la seguridad, es la causa de la inseguridad", aseguró durante un mitin en un barrio de trabajadores al que asistieron unas 600 personas.

El dirigente socialista censuró el proceso pactado por los Gobiernos central y autonómico de despliegue de los Mossos d'Esquadra, que progresivamente van sustituyendo a la Guardia Civil y la policía nacional. En su opinión, el calendario establecido -que no culmina hasta 2008- ha dejado muchas lagunas porque hay vacantes en los cuerpos policiales nacionales que no se cubren, al tener los días contados en Cataluña. "Queremos más policías y que el despliegue [de los mossos] sea más rápido", subrayó.

Una de sus propuestas para mejorar la situación actual es precisamente facilitar la integración en los Mossos d'Esquadra de muchos de los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado hoy destinados en Cataluña. El Gobierno central y la Generalitat pactaron reservar para ellos el 15% de cada promoción de mossos, pero Maragall afirmó ayer que "no hicieron bien las cuentas".

La incorporación a los mossos de más policías y guardias civiles no tendría sólo, según subrayó, una repercusión positiva para la seguridad de los catalanes, sino que la visión de Cataluña mejoraría en el resto de España. El candidato alertó de que existe el peligro de que muchos de los que se marchan por el despliegue de los mossos acaben convirtiéndose en embajadores negativos de esta comunidad.

Maragall no sólo reclama un aumento de la dotación policial, sino que inscribe su política de seguridad en el contexto de un programa global de mejora de los servicios públicos y de los derechos sociales. Si se ha decidido a situar en primera línea de campaña dos de los asuntos habitualmente abanderados por la derecha -seguridad e inmi-gración- es para evitar que "una parte de la clase obrera se engañe y vote a la derecha". Eso sí, dándoles un enfoque propio y distinto.

Según su análisis, es la gestión de la derecha -a menudo sitúa en el mismo paquete a CiU y el PP- la que genera estos problemas que tanto inquietan a los ciudadanos, porque no los afronta desde la raíz. En el caso de la seguridad, dijo, se han reducido los efectivos policiales para "ahorrar" y se han recortado los derechos sociales.

Y sobre inmigración, el candidato socialista sostiene que la derecha la utiliza para que "bajen los salarios" y crear un clima de rechazo que erosione políticamente a la izquierda. Su propuesta en este campo es dejar claros los derechos y deberes de los inmigrantes, impulsar políticas de integración y, sobre todo, invertir en los barrios con más riesgo de conflicto social. El PSC ha situado como prioridad presupuestaria para los próximos años, precisamente, los planes de regeneración de unos 40 barrios de Cataluña que corren peligro de degradación.

Maragall visitó ayer uno de estos barrios -el de Cerdanyola, en Mataró- y aseguró que "no va a quedarse cruzado de brazos ante temas tan importantes, con independencia de las competencias que tenga" la Generalitat. El presidente del PSC anunció que si gana se reunirá con los alcaldes de todas las poblaciones en que se han detectado problemas, reales o potenciales, debidos a la inmigración.

El candidato aseguró que será "generoso" con CiU tras los comicios y que propondrá el reconocimiento formal de la figura del jefe de la oposición.