El 'banquero prudente'

Dentro de unos meses, Kenneth Lewis será el director general del segundo banco de EE UU. Tendrá a su cargo 180.000 empleados, 35 millones de clientes y controlará el 9,8% de los depósitos bancarios del país. Hasta ahora el presidente y director general de Bank of America (BoA) era considerado como un banquero prudente, mucho menos atrevido que su predecesor, Hugh McColl. Pero la noticia de la compra, el pasado lunes, de FleetBoston por casi 48.000 millones de dólares en acciones, ha cambiado su imagen y su poder en las finanzas estadounidenses.

La fusión, la tercera en la historia bancaria de EE UU, debería concretarse en el segundo trimestre de 2004. Desde que Lewis asumiera el control de Bank of America en 2001, las acciones de la entidad financiera han subido un 44%. En el tercer trimestre de este año, el banco ganó 2.920 millones de dólares, un 31% más que en el mismo periodo del año anterior. De seguir así, el responsable del nuevo banco no tendrá nada que envidiar a McColl, que durante su mandado se ganó el apodo de huge (enorme) por su táctica agresiva de adquisiciones.

Con la fusión, Lewis espera afianzar la supremacía de BoA en la costa este de EE UU, el mercado financiero más rico del mundo. "Seremos de verdad el banco de América", aseguró después del anuncio de compra, "tendremos una posición de liderazgo en los mercados de Massachusetts, Rhode Island, Connecticut y Nueva Jersey, así como una importante plataforma de distribución en Nueva York".

Lewis nació el 9 de abril de 1947 en Meridian, una pequeña ciudad de Misisipí y se graduó en la universidad estatal de Georgia. Es hombre de una sola empresa. Entró en NCNB (el predecesor de NationsBank y Bank of America) en 1969 como analista financiero en su sede central de Charlotte (Carolina del Norte). Subió todos los escalafones, dirigiendo las operaciones en Florida y luego en Tejas. Hace dos años y medio se convirtió en el máximo responsable de la entidad financiera que hasta el pasado lunes era la tercera del país, detrás de Citigroup y JP Morgan Chase.

La compra apunta a una recuperación de las grandes operaciones tras más de dos años de apatía. También supone un paso de gigante para un banco fundado por un inmigrante italiano en San Francisco hace casi cien años. Amadeo Peter Giannini creó el Bank of Italy en 1904 para servir a la comunidad italiana de la ciudad y construir una entidad nacional. En 1930 Bank of America era el primer banco de California. Financió la construcción del puente Golden Gate en San Francisco durante la Gran Depresión y el primer Disneylandia en los cincuenta.