La meditada decisión del futuro Felipe VI
El príncipe de Asturias ha mantenido conocidas relaciones con Isabel Sartorius, Gigi Howard y Eva Sannum
Don Felipe de Borbón sentía devoción por su abuelo don Juan de Borbón, padre de don Juan Carlos. Cuentan que fue el conde de Barcelona (fallecido en Pamplona el 1 de abril de 1993) quien, en 1991, aconsejó a su nieto sobre su papel de heredero y futuro rey y le pidió que eligiera con cuidado a su futura esposa para que fuera una digna reina de todos los españoles. Doce años después, el Príncipe de Asturias -nacido en Madrid el 30 de enero de 1968 y bautizado con los nombres de Felipe Juan y Alfonso de Todos los Santos-, ha tomado la decisión. Entre su primer amor juvenil con Victoria Carvajal y Letizia Ortiz, cuya mano pedirá el próximo 6 de noviembre, quien será Felipe VI (recibió el título de Príncipe de Asturias el 1 de noviembre de 1977) ha mantenido sonadas relaciones con Isabel Sartorius, Gigi Howard y, sobre todo, Eva Sannum, que han llenado cientos de páginas de la prensa del corazón.
Don Felipe anunció personalmente en 2001 el final de su relación con Eva Sannum
Su abuelo don Juan de Borbón le aconsejó en 1991 que eligiera a su esposa con cuidado
Don Felipe siempre ha sostenido que no se sentía obligado a casarse con una princesa. Y ninguna de sus novias conocidas lo era. "Afortunadamente, la vida ya no es así, va por otros derroteros", declaró en Houston (Estados Unidos) en 1989.
Desde que el Príncipe de Asturias alcanzó la mayoría de edad, en 1986 -año en el que asumió la plenitud de su papel oficial como sucesor de la Corona-, sus relaciones sentimentales, reales o ficticias, han estado sometidas al ojo público. La que mantuvo a finales de los 80 y principios de los 90 con Isabel Sartorius fue la comidilla nacional, pese a que ni don Felipe ni la Casa del Rey admitieron jamás su existencia. "No tengo novia y estoy sin compromiso y, de haber existido algo de verdad, la prensa lo habría estropeado", decía a los periodistas que le preguntaron por su relación con Isabel Sartorius -primogénita del matrimonio formado por Vicente Sartorius, marqués de Mariño, e Isabel Zarraluquí- en septiembre de 1989, dos meses después de recibir los despachos de teniente de Infantería, alférez de Navío y teniente del Arma de Aviación.
La relación se rompió en el verano de 1991, como el heredero se encargó de confirmar durante una visita a Buenos Aires: "Eso se ha terminado", dijo. Isabel Sartorius llegó a recibir el tratamiento de novia en la prensa del corazón, parte de la cual sostuvo hasta 1993 que la relación se mantenía. En esas fechas incluso se llegó a hablar de que la Casa del Rey iba a anunciar oficialmente el enlace con Tatiana de Liechtenstein. No fue así.
Para entonces, el Príncipe estaba centrado en sus estudios en EE UU y Canadá, tras licenciarse en 1993 en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid. La noticia de un nuevo noviazgo saltaba en 1995, mientras el heredero estudiaba un master de Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown (Washington): don Felipe era fotografiado en la isla caribeña de San Martín junto a la estudiante norteamericana Giselle Gigi Howard, quien inicialmente fue confundida por la prensa del corazón con Viviana Corcuera, hija de un empresario mexicano.
La joven, residente en Nueva York, fue sometida entonces a un estrecho marcaje de los paparazzi e incluso un periodista español pinchó sus teléfonos. Fue en el juicio por este espionaje, celebrado en agosto de 1996 en Nueva York, donde la joven desmintió el noviazgo. Pero, en abril de 1997, ambos fueron vistos esquiando en Colorado.
Sin duda, el noviazgo más sonado del Príncipe fue el que mantuvo con la modelo noruega Eva Sannum, que levantó un apasionado debate en la prensa española sobre la idoneidad de la candidata, sobre si don Felipe debía romper esa relación para elegir "un modelo de reina", una mujer educada y entrenada para ejercer como mujer de un rey, o podía optar por una "reina modelo", en referencia al trabajo de Sannum.
La amistad con Eva Sannum -nacida en 1975 en Løvenstad, cerca de Oslo, en una familia de clase obrera- se inició en el otoño de 1997, cuando la joven trabajaba como modelo en Madrid. Aquel verano el Príncipe estuvo en Oslo en la fiesta de cumpleaños del rey Harald de Noruega. Haakon, el príncipe heredero, invitó a Felipe de Borbón y a su primo Nicolás de Grecia a una reunión privada en casa de Katherine Knudsen, una modelo con la que Haakon mantenía una relación sentimental. Y Eva Sannum estuvo en ella.
La estrecha relación entre ambos quedó confirmada en diciembre de 2000, cuando ¡Hola! publicó un extenso reportaje gráfico en el que podía verse al Príncipe y a Eva Sannum en el transcurso de un viaje que en el verano de ese año les llevó a visitar India, con escalas en Jaipur y Agra, junto a su grupo de amigos. El viaje fue organizado una vez que el Príncipe había concluido el curso de Actualización de Conocimientos en Materia de Seguridad y Defensa que realizó entre septiembre de 1999 y junio de 2000. Hoy día, don Felipe, consumado aficionado a la astronomía y la música de salsa, ostenta los empleos de Comandante de Infantería, capitán de Corbeta y comandante del Aire, además de ser piloto de helicópteros.
La presión sobre el heredero se redobló a partir de entonces y generó una división entre los políticos, partidarios de dejar al Príncipe libertad para elegir esposa, y los historiadores y expertos, que veían todo tipo de obstáculos legales, éticos y morales en la boda. La presión aumentaba a medida que avanzaban las obras de la residencia de don Felipe, ya que disparó los rumores de un compromiso.
El compromiso oficial pareció cantado cuando don Felipe se mostró en compañía de Eva en Oslo para asistir al enlace de Haakon y Mette-Marit, el 25 de agosto de 2001. La primera foto no robada de la pareja, tomada en el baile celebrado tras el banquete nupcial (Eva Sannum lucía un escotado vestido azul turquesa y un chal a juego) dio la vuelta al mundo.
Presiones insoportables
Pero las presiones se hicieron tan insoportables, con críticas al pasado de modelo de ropa interior de la joven noruega (dato biográfico que los ortodoxos monárquicos creían incompatible con el de una futura reina), que llevaron al propio don Felipe a anunciar la ruptura, el 14 de diciembre de 2001.
"Quiero comunicaros la decisión que hemos tomado Eva y yo", dijo a los sorprendidos periodistas convocados en La Zarzuela: "Por razones estrictamente personales y particulares, cada uno seguirá su camino en la vida. Hemos decidido acabar con nuestra relación personal. La decisión ha sido tomada libremente, de mutuo acuerdo y conjuntamente. Quiero dejar claro", añadió tras un respiro, "que la decisión la hemos tomado con libertad y desde la intimidad. La relación no ha prosperado. Siempre he contado con el apoyo de los Reyes que, como Reyes, han confiado en mi criterio y mi decisión".
Desde entonces, el Príncipe de Asturias, que fue miembro del equipo de vela en clase Soling en los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona en 1992, siempre ha rehusado hacer comentarios sobre su vida privada, sobre sus relaciones sentimentales. Y lo ha hecho a pesar de los intermitentes rumores plasmados en la prensa del papel cuché sobre relaciones, posibles candidatas a la boda. Hasta ayer, en que la Casa del Rey anunciaba con "gran satisfacción" en enlace de don Felipe con doña Letizia Ortiz Rocasolano. Doce años después del consejo de prudencia que le dio su abuelo.
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