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TELEVISIÓN | ELECCIONES EN CATALUÑA
Columna
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El debut

Tomàs Delclós

El jueves a medianoche empezó la campaña electoral. Sólo TV-3 y TVE estuvieron atentas a ello en directo y de manera sostenida. Tele 5, por ejemplo, seguía con su propia noche electoral: la audiencia había votado desalojar a una residente de Gran Hermano. TVE dedicó 16 minutos. Para toda España. Trufaron la danza de conexiones con biografías de los candidatos. Hubo una dosis comprensible de pedagogía sobre el quién es quién para un público remoto que no conoce el reparto de la obra. Antes de subir el telón, tuvieron que presentarlo. Una obligación de la que TV-3 se sentía eximida. Es de suponer que el público local ya tiene alguna idea sobre los contendientes.

La cronista de TVE en Sant Llorenç de Morunys, donde se realizó el acto socialista, obvió la presencia de un grupo gritón y reventista, que sí fue señalada en TV-3 como un disturbio sonoro de la ceremonia. Se les oía vagamente. No se les vio. Ayer, tanto TVE como TV-3, en sus informativos del mediodía, hicieron una breve mención de ello. La noche inaugural, TV-3 dedicó una media hora a la noticia. Pescó algunos discursos entrecortados y luego hizo desfilar a todos los candidatos para una entrevista de urgencia a pie de obra. Carod, mientras duró la misma, llevaba en las manos un ramo de claveles. Los bocadillos de las entrevistas no trajeron noticias. A Carod y Mas les cayó la pregunta de los pactos poselectorales.

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No hubo novedades, salvo el pequeño enredo semántico en que se metió Mas. Dijo que haría una campaña sin críticas a Esquerra y, después de eso, declaró que quien quiera votar nacionalista no debe hacerlo a un partido que puede darle la presidencia "al PSOE". Él mismo debió de advertir que más de uno estaría pensando en lo poco que duran la promesas electorales y aclaró que aquello que acababa de decir no era una crítica, sino una "interpelación" a la gente para que apoye a un gobierno nacionalista. En los estrados, todos los candidatos llevaban puesta la sonrisa de campaña.

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