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Necrológica:NECROLÓGICA
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Franco Corelli, tenor italiano

El miércoles falleció en Milán Franco Corelli, el tenor italiano cuya poderosa voz, carismática presencia y físico digno de un actor cinematográfico, le hicieron ganarse la adoración de los aficionados a la ópera desde los años cincuenta hasta su retirada de los escenarios en 1976. Tenía 82 años y residía en Milán. Padecía problemas del corazón, según contó Toni Russo, un antiguo representante.

El entusiasmo por Corelli entre los aficionados a la ópera no siempre fue compartido por los críticos y expertos. Cantante autodidacta que se inició tarde en la música, consideraba que los maestros de canto eran "gente peligrosa" y "una peste para los cantantes". Corelli era célebre por prolongar sin ningún pudor y a plena voz las notas más altas. En una grabación pirata de su estreno en el Royal Opera House de Londres en 1957, con Tosca de Puccini, se le puede escuchar mantener el grito desafiante de Vittoria de Cavaradossi del segundo acto durante 12 segundos, lo que hizo que la audiencia estallase en bravos a pesar de que la música continuaba.

Durante los años sesenta, la oposición a Corelli entre los críticos estuvo personificada por Alan Rich, que en un artículo para The New York Herald Tribune de 1966 reconocía la brillantez y vigor del canto de Corelli, pero lo consideraba una vuelta a otra época en la que, desde la perspectiva de Rich, eran frecuentes las componendas musicales y se carecía de refinamiento estilístico. "No es un instrumento de la ópera", escribió Rich, "sino que él utiliza la ópera para unos fines que no eran aquellos para los que fue compuesta".

Pero Corelli tenía muchos defensores, entre ellos Harold C. Schonberg, de The New York Times. En su crítica del Cavaradossi de Corelli en una producción del Met de 1965 con María Callas, Schonberg dijo que la voz del tenor "atronó en el teatro de manera gloriosa". Haciendo notar las libertades expresivas que se había tomado Corelli, afirmó que la actuación "tuvo su propia lógica".

La talla de Corelli como artista era mayor de la que a menudo se le concedía. Dando muestras de una curiosidad e inteligencia extraordinarias, fue paladín de obras olvidadas como Poliuto, de Donizetti, así como de obras contemporáneas como Romulus, de Salvatore Allegra, de 1946. Contribuyó de forma significativa a revitalizar el interés por el compositor Gasparo Spontini, de comienzos del XIX, al estrenarse en La Scala en 1954 con La Vestale, en la que también cantó la Callas, y representando la gran ópera alemana de Spontini, Agnes von Hohenstaufen, una obra poco conocida, en el Mayo Musical de Florencia.

Se ganó el respeto de la terriblemente exigente Callas, porque con Corelli tenía, por fin, alguien con quien actuar. Para la soprano Birgit Nilsson, era casi el único tenor que podía igualar su potencia en Turandot, de Puccini. Aunque la cualidad más sorprendente de la voz de Corelli era la contundencia física de su sonido, también era capaz de lograr pianíssimos de gran dulzura y patetismo.

Franco Corelli nació el 8 de abril de 1921 en Ancona, en una región de Italia de donde surgieron Beniamino Gigli, Mario del Monaco, Renata Tebaldi y otros cantantes ilustres. Su padre trabajaba en un astillero y su familia no tenía ninguna tradición musical. Se matriculó en un programa de ingeniería naval en la Universidad de Bolonia. Sus estudios quedaron interrumpidos cuando un amigo, cantante aficionado, impresionado por el talento vocal de Corelli, le instó a que se apuntase a un concurso. Aunque perdió, se animó lo suficiente como para entrar en el conservatorio de música de Pesaro. Durante un tiempo intentó convertirse en barítono, pero pronto abandonó la idea. En 1951 ganó el respetado concurso del Mayo Musical de Florencia. Tres meses después de su notable comienzo como Don José, entró en la ópera de Roma, para la que trabajó durante cuatro años. Su estreno allí se produjo en 1953 en una ópera difícil, Giulietta e Romeo, compuesta por Zandonai en 1922. Pronto fue conocido por sus memorables interpretaciones de los papeles de tenor en Andrea

Chénier, de Giordano; Cavalleria

Rusticana, de Mascagni; Fanciulla del West y La

Bohème, de Puccini, y Aida, Don Carlos y Ernani, de Verdi. Su repertorio activo llegó a incluir unos 30 papeles.

En 1958 se casó con Loretta di Lelio, que abandonó su incipiente carrera de soprano para servir a su marido como fiel secretaria. Es su única superviviente próxima.

El papel de su estreno en el Met el 27 de enero de 1961 fue Manrico de Il Trovatore. Corelli se convirtió en un indispensable para el Met, cantando 19 papeles en 15 temporadas, con un total de 365 representaciones. Sabedor de que su belleza física era parte de su encanto, Corelli proporcionaba gustoso sus estadísticas físicas a sus admiradores: 1,83 de estatura, casi 100 kilos y un pecho que medía, en descanso, 120 centímetros. Con sus penetrantes ojos castaños, posó como modelo de trajes de etiqueta para la revista Town and Country. Anunció su retirada en 1976, cuando tenía 55 años.-

Franco Corelli, en Viena, en 1997.
Franco Corelli, en Viena, en 1997.EFE

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