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PLENO DEL AYUNTAMIENTO

Botella esgrime el triunfo de Aguirre para oponerse al matrimonio entre gays

Alicia Moreno, concejal del grupo popular, se marchó de la sala para no votar con el PP

El pleno municipal vivió ayer su momento más emotivo, más brillante y, a la vez, uno de los más incómodos desde que la corporación se constituyó el 14 de junio. Pedro Zerolo, concejal del PSOE y gay, presentó una propuesta de su grupo que instaba al Ayuntamiento a "abogar por la consecución del matrimonio entre personas del mismo sexo", rechazada finalmente por el PP. El duelo dialéctico entre Zerolo y la edil Ana Botella tuvo en vilo el salón de plenos durante 20 minutos. Ésta esgrimió el triunfo de Esperanza Aguirre en las elecciones para oponerse a los matrimonios entre homosexuales.

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El discurso del edil socialista y la respuesta de la responsable de Servicios Sociales del gobierno municipal no sólo dejaron algunas de las frases más celebradas -o lamentadas- de estos cuatro meses de mandato, sino que lograron algo muy poco habitual en el grupo popular: que varios de sus miembros (una minoría) manifestaran su disgusto por no haber podido apoyar la propuesta del PSOE o, al menos, por no haber podido oponerse pero con un tono distinto al de Botella. Aunque públicamente sólo se quejó Alicia Moreno -concejal de Las Artes e independiente en las listas del PP-, que aplaudió a Zerolo con todas sus fuerzas y abandonó el salón de plenos durante la votación para no tener que votar en contra.

El edil socialista -que habló como concejal y como homosexual- inició su intervención recordando que todos los presentes, al tomar posesión de su acta el 14 de junio, habían prometido cumplir el mandato constitucional de promover la igualdad sin distinción de raza o sexo, y a continuación hizo un recorrido por la historia de la lucha de los homosexuales por lograr "simplemente el respeto" de la sociedad: "En España llevamos 26 años bregando por nuestros derechos. No quiero hacer aquí un ejercicio de victimismo, pero todos sabemos el sufrimiento que hemos pasado y pasamos los gays. Es una obligación de los representantes públicos hacerse eco del sentir de la ciudadanía".

Apeló a la "tolerancia" demostrada por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y después se dirigió directamente a Ana Botella para pedirle su apoyo. "Sea cual sea su voto, quiero decirle que los homosexuales no somos orientaciones sexuales que vagamos por el espacio: somos sus hijos, sus hermanos, sus compañeros de grupo, sus colegas de partido...". Todos los concejales de la oposición, y Alicia Moreno en la bancada del PP, estallaron en un sonoro aplauso, mientras los rostros de algunos ediles populares reflejaban una mezcla de emoción y zozobra.

Luego cogió el micrófono Ana Botella, y los rostros cambiaron. La concejal evitó entrar en el fondo del asunto alegando que el Ayuntamiento no tiene competencias en materia de matrimonios, e incluso trajo a colación la victoria de Esperanza Aguirre en las elecciones autonómicas para argumentar que no existe una mayoría social que apoye el matrimonio gay, porque si no "habría sido suficiente" para dar el triunfo a Rafael Simancas. Botella expresó su convicción de que Zerolo "tiene el mismo derecho" que ella a "ser feliz", y, por eso, dijo, "el Ayuntamiento presta todos los servicios públicos sin hacer discriminación a ningún vecino por su orientación sexual".

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"En su modelo de sociedad no quepo yo, en el mío sí cabe usted", le contestó con resignación el edil del PSOE. Y añadió: "Pensé que entre ambos habría un punto de encuentro, porque usted, y todas las mujeres que están hoy aquí, saben que, hasta antes de ayer, estaban también en la lista de los incapaces. Pensé que tendría una mínima chispa de solidaridad por eso. De todas formas, su voto negativo es sólo temporal, los avances sociales son imparables". Zerolo dejó el micrófono, el alcalde dio paso a la votación y Alicia Moreno abandonó el salón de plenos. La propuesta fue rechazada. En los pasillos, PSOE, IU y algún concejal del PP lamentaron que Botella no hubiese estado "a la altura".

Los mayoristas, fuera del centro

El Ayuntamiento dio ayer luz verde a un plan de actuación en el barrio de Embajadores para liberarlo de las decenas de tiendas de comercio mayorista -en su mayoría regidos por orientales- que en los últimos años han tomado sus calles y que crean problemas de movilidad -por la continua carga y descarga- y perjudican a los pequeños comercios. La iniciativa, presentada por el PSOE, fue aceptada por el grupo popular y tendrá que concretarse en los próximos meses.

El texto aprobado tiene cinco pilares: aumentar la inspección para comprobar que esos comercios -el PSOE los cifra en 270- tienen la licencia correspondiente; "promover la transformación de las tiendas mayoristas en expositores de las mercancías, procediendo al traslado paulatino de las ventas masivas a almacenes situados en polígonos industriales; hacer cumplir el horario de carga y descarga; incrementar la limpieza de las calles y "fomentar" el establecimiento de tiendas de proximidad y comercio tradicional.

Ni la portavoz socialista, Trinidad Jiménez, ni la edil de Economía, Pilar Martínez, pudieron concretar cómo convencerán a los dueños de esas tiendas para que dejen el centro de Madrid y se vayan a un polígono industrial. "No se les puede obligar. Pero habrá incentivos, subvenciones y beneficios para el que se traslade", dijo Martínez.

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