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XX FESTIVAL DE OTOÑO

Mats Ek y los bailarines maduros del NDTIII estrenan su teatral 'Tulips'

Mats Ek, una de las grandes figuras mundiales de la coreografía, estrena hoy Tulips, dentro del Festival de Otoño, en el teatro Albéniz de Madrid. Ek, que en los últimos años investiga la fusión de la danza con la palabra y el teatro, ha puesto en pie este montaje con la NDTIII, tercera compañía del Nederlands Dans Theatern, en la que trabajan bailarines mundialmente conocidos con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años.

"Bailar es pensar con el cuerpo". Esta frase de Tulips está muy presente en todo el trabajo de Ek. Pero también tiene en cuenta que los pensamientos recurren a la palabra para ser explicados. El acercamiento de Ek al teatro se debe a su vocación por abarcar encima de un escenario todo lo expresable: "Se trata de unir todo lo que se pueda decir con el cuerpo e incorporar lo que se dice a través de la palabra".

Tulips cuenta con bailarines-intérpretes de fama internacional como Sabine Kupferberg, Ana Laguna, Yvan Auzeley, Niklas Ek y Egon Madsen. Todos tienen en común no sólo una reconocida y destacada carrera como bailarines, sino también otra circunstancia poco habitual en el mundo de la danza. Todos sobrepasan los 45 años e incluso alguno llega a los 65. Y es que la NDTIII, tercera compañía de este mítico grupo holandés, exhibe las cualidades del bailarín maduro, demostrando desde 1991 que la carrera de estos profesionales no tiene por qué detenerse a los 40 años.

"Aprovechamos y demostramos que la experiencia es una ventaja. Y para el coreógrafo es un reto, ya que debe proponer acciones que se representen mejor por estos bailarines que por los jóvenes", dice Ek; "por un lado, ellos me empujan a la simplificación, a la hora de incorporar acrobacias o piruetas, pero luego los movimientos y las formas que expresan tienen una mayor inyección de vida, de profundidad y una carga mayor de experiencia", dice el coreógrafo, quien no descarta desde ya, y sin esperar a que tanto él como sus compañeros vayan envejeciendo, utilizar profesionales de la danza de edades superiores e incluso octogenarios.

El espectáculo está concebido como una coreografía teatral en la que los límites entre la palabra hablada y el cuerpo intuitivo desaparecen: "Esos elementos tan opuestos se invaden mutuamente", dice el coreógrafo.

Mats Ek, nacido en Suecia en 1945, está vinculado desde joven al Culberg Ballet de Estocolmo, del que fue director artístico de 1985 a 1993. Como coreógrafo invitado, ha trabajado para los más grandes teatros del mundo y en los últimos años ha conseguido un sello propio en el terreno del teatro-danza con obras como Don

Juan, de Molière, o Andromaque, de Racine, donde los bailarines actúan y los actores bailan.

Tulips, un texto creado colectivamente, no tiene un hilo narrativo, pero aborda varios temas: "Habla de la memoria, de los recuerdos y de cómo éstos interfieren en el presente; también de la curiosidad por las cosas...; todo ello produce situaciones realistas y otras surrealistas", señala Ek, quien dice de la interacción entre texto y movimiento: "En el teatro se usan palabras que utilizamos, pero nadie habla como en una obra; el lenguaje se sitúa en un nivel artificial, lo conocido se vuelve extraño; pero, una vez se sube a un escenario, se tiene y se debe convertir en algo familiar".

Mats Ek, ayer en Madrid.
Mats Ek, ayer en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

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