Maragall acusa a la derecha de usar la inmigración para "bajar los salarios"
El candidato pide a la clase obrera que se mantenga fiel a la izquierda
Pasqual Maragall pidió ayer la colaboración de los sindicalistas para evitar que "un sector de la clase obrera se engañe y vote a la derecha". En un acto ante un millar de sindicalistas celebrado en Barcelona, el líder socialista aseguró que las formaciones conservadores alientan la inmigración sin derechos: "Son las derechas las que les hacen venir, las que se aprovechan de los salarios bajos y de la parte de la clase obrera que se engaña y les vota".
Maragall recibió ayer el apoyo de un millar de sindicalistas en las Cotxeres de Sants, en un acto en el que tomaron la palabra militantes de UGT, CC OO, USOC y USTEC. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, quien recordó su pasado como sindicalista de la Administración pública, se comprometió a impulsar políticas que rebajen la precariedad laboral, la temporalidad en la contratación y, sobre todo, la siniestralidad laboral.
Pero la parte más vibrante de su discurso la dedicó a la inmigración, consciente de que en los últimos años una parte de los electores de tradición socialista y comunista se han pasado a la derecha seducidos por un discurso de ley y orden y de mano dura frente a la inmigración. En varios países de Europa ha sido la extrema derecha la que se ha beneficiado de este trasvase, mientras que en España el PP ha ido aumentando su apoyo en las clases populares.
La inmigración sin derechos y el supuesto uso que hace de ella la derecha es uno de los asuntos que más preocupan a Maragall, quien ayer aprovechó su encuentro con los sindicalistas para pedirles ayuda con el fin de evitar que "parte de la clase trabajadora se engañe". El líder socialista elogió las virtudes de la inmigración, la mezcla y la variedad, pero asegurando al mismo tiempo los derechos de los inmigrantes: "Si vienen, que sean tratados como seres humanos", afirmó, porque de lo contrario la derecha se aprovecha de ellos: en su opinión, bajo un discurso de dureza, se alienta la inmigración ilegal para "bajar los salarios" y obtener votos de "una parte de la clase obrera, que se engaña".
El candidato repitió ayer su receta con más solemnidad que nunca: si gana, su prioridad presupuestaria será invertir en la cuarentena de barrios con más riesgo de explosión social por las malas condiciones de servicios públicos como la educación y la sanidad. Es en estos barrios donde el líder socialista pidió un esfuerzo especial a los sindicalistas para que convenzan a la "clase obrera" de que es la derecha la que usa en beneficio propio la inmigración.
Maragall no citó ni al PP ni a CiU, pero dejó claro que para él ambos partidos tienen intereses comunes en Cataluña: "Aznar vota a Mas porque quiere una Cataluña quieta y callada", afirmó en referencia al último discurso del presidente del Gobierno en Cataluña.
El PSC utilizará como lema de campaña El cambio para Cataluña, que evoca el histórico triunfo de Felipe González en 1982. El mismo ex presidente participará en un mitin en L'Hospitalet de Llobregat mañana mismo para ayudar a movilizar desde el principio a los electores socialistas del cinturón de Barcelona, la gran asignatura pendiente del PSC en las autonómicas.
En esta tarea está inmersa específicamente Manuela de Madre, la número dos de la lista por Barcelona, quien ayer acusó a Artur Mas de "abusar" de los recursos públicos y "recoger fidelidades y dependencias" a través de subvenciones.
El PSC ha elegido una sintonía de campaña combativa: una nueva versión, muy marchosa, del poema Para la libertad, de Miguel Hernández, al que puso música Joan Manuel Serrat.
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