"Nadie sabe si los celtas tocaban o no la gaita"
Tras vender dos millones de ejemplares de sus dos entregas previas, José Ángel Hevia ha publicado Étnico ma non troppo (Emi), un disco en el que vuelve a interpretar canciones de regusto tradicional apoyándose en programaciones y cediendo el protagonismo a la gaita electrónica multitímbrica, o gaita midi.
Pregunta. Con Étnico ma non troppo no rompe con su producción previa.
Respuesta. De momento, marco continuidad. Sin repetirme en fórmulas, diciendo cosas nuevas, pero me encuentro a gusto con el camino que encontré con la gaita electrónica. Tengo dos vertientes: la tradición, el pasado, y la tecnología musical, que cambia cada seis meses y hay que estar al día.
P. ¿Lo popular no vende por sí solo?
R. No es eso. Hay gente que hace una música más acústica y cercana a la tradición, más en los cánones del folk, y le va muy bien. Yo parto de lo tradicional como materia prima, y no estoy reñido con el purismo y los modos de hacer tradicionales, pero me encuentro muy a gusto en el camino que encontré en la fusión con la música moderna.
P. Más de uno se habrá rasgado las vestiduras en su tierra...
R. Claro, en mi tierra y en otras. El purismo a veces indica también una cerrazón de mente fuerte.
P. Cree en la llamada conexión celta, aquella que indica conexiones nítidas entre Galicia, Asturias, Bretaña, Irlanda, Escocia e, incluso, País Vasco.
R. Hoy día el celtismo, más que un concepto etnológico o etnográfico, racial incluso, es un movimiento cultural. Es celta el que quiere serlo. Igual que es folky el que quiere ser folky, o rocker el que quiere ser rocker, independientemente del país. Además, si nos ponemos científicos, celtas los hubo en Asia Menor, hasta en el actual territorio de Israel, y nadie sabe si tocaban o no la gaita.
P. ¿Se ha popularizado la gaita midi?
R. Hemos vendido bastantes a grupos profesionales de toda Europa, pero todavía el instrumento resulta muy caro. Tenemos una fábrica en Guadarrama y en la primera quincena de septiembre empezó la producción en serie de la gaita midi para abaratar los precios de coste y venderla a un precio asequible al usuario medio de folk. Ahora cuesta unas 750.000 u 800.000 pesetas, mientras que una gaita tradicional cuesta a partir de 200.000.
P. Gran diferencia.
R. Sí, pero también la hay en los recursos del instrumento. Al apretar un botón puedes tocar la gaita gallega, y al apretarlo de nuevo pasas a tocar la irlandesa. Si aprietas otra vez puedes programar un acordeón o una guitarra eléctrica con una gaita escocesa. Además, mientras la gaita tradicional alcanza unas pocas tonalidades, en la electrónica tenemos todas las de cualquier instrumento clásico estándar. Pierdes bastante de la poesía del instrumento, pero técnicamente ganas muchísimo.
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