17 paracaidistas se lesionaron en el salto en el que murió un cabo
Defensa atribuye los heridos al fuerte viento y a lo abrupto del terreno
Al menos 17 paracaidistas resultaron lesionados en el mismo salto en el que falleció el cabo José Luis Torres Gómez, de 23 años, en el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza) el pasado 21 de octubre. Fuentes de Defensa reconocieron ayer que un sargento y un soldado fueron ingresados en el Hospital Militar de Zaragoza, con fractura de tibia y contusión lumbar, respectivamente, aunque otras fuentes elevaron a cuatro el número de hospitalizados.
El cabo José Luis Torres, destinado en la tercera bandera de la Brigada Paracaidista, con base en Jabalí Nuevo (Murcia), participaba en el ejercicio BETA 100 de Grupo Táctico.
En el salto en el que perdió la vida, en modalidad de apertura automática, saltaron unos 60 paracaidistas desde un Hércules C-130 y a unos 400 metros de altura. Más de la cuarta parte de los paracaidistas resultaron lesionados y varios tuvieron que ser ingresados en el hospital militar de Zaragoza.
Fuentes del Ministerio de Defensa atribuyeron ayer la alta siniestralidad del ejercicio a lo abrupto del terreno -en la zona de lanzamiento de Casa de Rico, en el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza)- y al fuerte viento, que cifraron entre cuatro y seis metros por segundo, en todo caso inferior al máximo permitido.
Uno de los participantes aseguró que la zona presentaba un aspecto caótico tras el salto, con soldados inconscientes, otros quejándose de las lesiones y los servicios sanitarios desbordados mientras las ambulancias evacuaban a los heridos más graves.
Según esta versión, además de las lesiones reconocidas por el Ministerio de Defensa, al menos un paracaidista sufrió traumatismo encefálico severo y otros dos esguince de tobillo.
Las mismas fuentes dijeron que estaba previsto realizar el salto a las 18 horas, pero éste se anticipó debido al viento, que soplaba cada vez más fuerte, a una velocidad mínima de seis metros por segundo, con rachas de ocho (entre 21,6 y 28,8 kilómetros por hora).
La normativa permite realizar este tipo de saltos con viento de hasta 10 metros por segundo (36 kilómetros por hora), según expertos militares. Los servicio meteorológicos registraron ese día en el aeropuerto de Zaragoza vientos de 30 kilómetros por hora como media, con rachas máximas de 43.
Paracaídas semiplegado
El paracaídas del cabo José Luis Torres quedó semiplegado y éste se demoró a la hora de abrir el paracaídas de emergencia, lo que tuvo consecuencias fatales, según explicaron fuentes de la Brigada Paracaidista. Otros participantes en el ejercicio se quejaron, sin embargo, de que ellos también descendieron mucho más rápido de lo habitual.
Los accidentes en la modalidad de salto manual son más frecuentes que en los de apertura automática, en los que el paracaidista no tiene que accionar el mecanismo, por lo que hace años que no se registra un suceso de estas características.
Francisco Castañón, de la Oficina del Defensor del Soldado (ODS), pidió ayer que "se realice una investigación transparente y en profundidad" sobre las circunstancias que rodearon el accidente y, a partir de sus resultados, "se depuren las responsabilidades a que haya lugar". Castañón apuntó a quienes autorizaron este ejercicio "en condiciones que, en principio, no parecían las más adecuadas" y reclamó "cobertura económica suficiente tanto para la familia del fallecido como para los soldados que resultaron lesionados".
Defensa ya anunció el pasado día 21 la apertura de una investigación, aunque entonces sólo informó de la muerte del cabo José Luis Torres, que atribuyó al hecho de que no se abriera su paracaídas, y no de los soldados lesionados.
Unas 300 personas -entre ellas, numerosos compañeros del fallecido en la bandera Ortiz de Zárate de la Brigada Paracaidista- asistieron el pasado jueves al entierro del joven en el cementerio de Alicante.
José Luis Torres Méndez, natural de Elche (Alicante), llevaba más de cinco años en el Ejército de Tierra y estaba destinado en la Brigada Paracaidista desde abril de 2002.
Anteriormente, prestó servicio en el Grupo de Regulares de Melilla número 52 y en el acuartelamiento de Soyeche, en Munguía (Vizcaya). Fuentes militares destacaron su "gran sentido de la responsabilidad y el compañerismo", informa Efe.
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