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Reportaje:ELECCIONES EN MADRID

El sueño de D'Artagnan

Simancas barajó cinco hipótesis para la noche electoral, aunque al final se decidió por dos: ganar por poco o perder por poco

Cuenta Rafael Simancas, líder de los socialistas de Madrid, que en la noche del sábado al domingo no recuerda haber tenido sueños reseñables. Recuerda que se fue a la cama temprano, que no le costó conciliar el sueño y que durmió toda la noche de un tirón. Puede, sin embargo, que, aunque él no lo recuerde, soñara con Esperanza Aguirre, Fausto Fernández y con él mismo en una película de espadachines. No en vano una de las últimas imágenes que vio antes de irse a la cama fue un filme infantil sobre Los tres mosqueteros junto a su hijo Daniel en el televisor de su casa. Quién sabe si Simancas soñó con ser D'Artagnan, junto con los mosqueteros Athos, Porthos y Aramis, defendiendo la ley...

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El despertador del hasta ayer candidato del PSOE sonó cerca de las ocho y media de la mañana del domingo. Se levantó y se duchó como todas las mañanas. Pero no era una mañana cualquiera. Ya a esa hora bastantes madrileños habían depositado sus votos, los que decidirían quién gobernaría la Comunidad de Madrid.

El candidato salió de la ducha y preparó el desayuno. Cuenta que los domingos le toca a él. Cola-Cao con cereales y zumo de naranja. Desayunó en familia, con su esposa, María José Sánchez, y Dani, su hijo de ocho años. No se habló de política. En la televisión veían unos dibujos animados de un gato galáctico con una extraña bolsa de marsupial de la que saca todo tipo de ingenios... "Unos dibujos japoneses que a Dani le gustan mucho que se llaman Doraemon", confirma Simancas.

Cuenta Rafael Simancas que su ánimo estaba perfecto, al menos en las primeras horas del día. Se enfundó una camisa blanca con cuadritos finos, una corbata discreta y un traje de color azul marino. Y también en familia salió de casa. Pero no se fue directo al colegio El Torreón, donde terdría que votar. Antes tuvo que hacer una parada técnica también para contentar a Dani. Y es que si Daniel es muy padrero -le cuesta hacer los deberes de clase sin la ayuda de su padre-, Rafael Simancas trata de agradar a su hijo lo más que puede. Así que allí que se fue a casa de una vecinita que el día anterior había cumplido años y a la que Dani no pudo saludar. Hecha la escala, se encaminaron al colegio electoral, al que llegaron a las 11.20, como estaba previsto.

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Cuenta Simancas que una de las pequeñas anécdotas que vivió durante el momento de su ejercicio del derecho al voto la protagonizó un minusválido. "Tuvimos que esperar pacientemente a que el señor votara. Le costó casi 15 minutos poder acceder a la urna. El colegio no está preparado para ese tipo de eventualidades". Después de los flashes y las cámaras de televisión que recogieron el momento en el que introducía su papeleta, comenzaron las llamadas telefónicas. Cuenta Simancas que le llamó José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, para darle ánimos, también el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y "periodistas de medios de comunicación muy conservadores, para lo mismo". También llamó su jefe de campaña, Antonio Romero, para darle los primeros datos de las israelitas (encuestas realizadas a pie de urna). La primera llamada de Romero se produjo a las 12 del mediodía. Esos sondeos le ofrecían al PSOE un porcentaje del 38% -en mayo los socialistas consiguieron un 40% de los votos-. Dos horas más tarde, el dato era del 38% pero la participación había bajado 8 puntos respecto a la consulta de hace cinco meses. Hablaron del tiempo. Cualquier factor influye en los resultados y el hecho de que ayer en Madrid hiciera un mal día por la mañana y que el sol saliera por fin a partir de las cinco de la tarde era un dato favorable a la participación.

Simancas volvió a casa después de tomarse unas cañas con miembros de la asociación socialista de Arroyomolinos. Eran casi las dos de la tarde. A esa hora quiso divertirse un poco más con su hijo Daniel. Los periodistas de las radios que han estado siguiendo día a día la campaña le regalaron al candidato una cinta realizada con los mejores momentos de Simancas durante estos 15 días. "Algo divertido".

Así que Dani escuchó cómo su padre cantaba un rap en directo (el rap de las llamadas telefónicas entre el abogado José Esteban Verdes y el tránsfuga Eduardo Tamayo). También escuchó cómo una mujer insistía en bailar con su padre a toda costa en el distrito Centro. Escuchó cómo su padre parafraseaba el estribillo de la canción No es lo mismo de Alejandro Sanz (que le viene como anillo al dedo al PSOE después de lo ocurrido desde el 10 de junio en Madrid) en un mitin en la plaza de toros de Vista Alegre. "Vale, pero mi voz no te la vendo, léeme los labios yo no estoy en venta...". Recuerda Simancas cómo espontáneamente esta canción se ha convertido en el segundo himno de campaña de los socialistas.

A finales de la semana pasada, Simancas tenía intención de preparar cinco discursos en los que contemplaba las cinco posibles hipótesis a las que tendría que enfrentarse: a) que perdiera de forma estruendosa; b) que fuera derrotado por un estrecho margen; c) que obtuviera una clamorosa victoria; d) que la victoria fuera muy apretada; e) que los resultados no se conocieran hasta el día siguiente, como ya ocurriera el 25-M. Al final desechó dos posibilidades y sólo llevó tres discursos al Círculo de Bellas Artes de Madrid, al que llegó sobre las 19.30. Descartó perder por mucho o ganar por mayoría absoluta.

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