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ELECCIONES EN MADRID

Lágrimas amargas en unos ojos vidriosos

La tardanza en el recuento alimentó las esperanzas en el cuartel general del PSOE

Rafael Simancas, líder de los socialistas de Madrid, llegó al Círculo de Bellas Artes sobre las siete y media de la tarde. En la segunda planta del edificio estaba todo preparado para los simpatizantes, pero una más arriba le esperaba el comité electoral en pleno y los 111 miembros de su lista. Lo que fue euforia a principios de la tarde se convirtió en llanto al aparecer el alcalde y presidente de la Comunidad en funciones, Alberto Ruiz-Gallardón, para hacer públicos los datos definitivos.

"¡Ganamos, ganamos, estoy seguro de que ganamos!", aseguraba Manuel Rico, escritor y simpatizante del PSOE. Los datos ofrecidos durante toda la tarde por Telemadrid, que eran los que se seguían desde el Círculo de Bellas Artes, daban ganadora a la izquierda hasta que estuvo escrutado el 94% de los votos. Hasta entonces, la mayoría de simpatizantes se daban por triunfadores.

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Sin embargo, Ruiz-Gallardón fue el encargado de que Simancas despertara de su sueño. El presidente en funciones esperó para comparecer a tener la victoria para su partido. "Son como niños, siempre hacen lo mismo. Nos dan cuerda y luego terminan ahorcándonos", se quejaba una simpatizante en la segunda planta. A principios de la tarde, Rafael Simancas subió a la quinta planta y se encerró en una habitación en la que sólo había una televisión, un vídeo y una pequeña terraza. A sus pies se veía el centro de Madrid refulgente por las luces que se reflejaban en la lluvia caída durante todo el día. "Nunca me he creído las israelitas [encuestas efectuadas a pie de urna en los colegios electorales]. Fallaron con Bono, con Trinidad Jiménez y han fallado muchas veces", confesaba el candidato. Cerca de un cuarto hora después de conocer los resultados definitivos, Simancas acompañado de un nutrido grupo de su lista subió al atril, mientras abajo los simpatizantes y afiliados coreaban "¡Presidente, presidente!", con lágrimas en los ojos.

Algo que se contagió encima del escenario, donde varios de los dirigentes socialistas tenían la mirada vidriosa, incluido el candidato, que quiso manifestar que el pasado 25 de mayo "los ciudadanos votaron mayoritariamente por un Gobierno progresista, encabezado por el PSOE. Hoy han decidido que sea del PP. Y este resultado también es democrático. Respetamos la democracia, y como tal lo aceptamos". Entonces se oyó un cerrado aplauso. Simancas sólo pudo sonreír.

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