Miguel Sanz advierte al Gobierno vasco de que "no cuente con Navarra"

El presidente de Navarra, Miguel Sanz, exigió ayer al nacionalismo vasco que "deje en paz" a la Comunidad foral en sus aspiraciones soberanistas y aseguró, con absoluta rotundidad, que los ciudadanos navarros nunca secundarán "la ruptura secesionista de Ibarretxe", que "oxigena a ETA". El presidente del Gobierno foral y de Unión del Pueblo Navarro (UPN, el principal partido de la comunidad, asociado al PP), compareció con carácter extraordinario ante los medios de comunicación para adelantar que las instituciones forales se han puesto ya "a disposición del Estado de derecho" para hacer frente desde todas las vertientes -incluidas la política, jurídica, social y económica- a la propuesta de Estatuto de libre adhesión. "Con Navarra que no cuenten", advirtió Sanz al Gobierno vasco.

Aunque señaló que, de momento, no se ha planteado hacer un llamamiento a la sociedad navarra para que se manifieste en la calle contra el plan Ibarretxe, Sanz sí anticipo lo que hará en el caso de que se produzcan cambios constitucionales como los que, según los expertos, requeriría el nuevo Estatuto planteado por los nacionalistas vascos. En ese caso, dijo, el Gobierno navarro está dispuesto a promover la derogación de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución Española, único mecanismo amparado por la Carta Magna y la Ley de Amejoramiento del Fuero para consultar a los navarros su deseo de incorporarse a Euskadi o seguir como comunidad independiente.

"Intromisión inadmisible"

El presidente de Navarra calificó de "intromisión inadmisible" las abundantes referencias a Navarra contenidas en la propuesta de Estatuto Político aprobada por los nacionalistas e IU-Ezker Batua, y rechazó cualquier posible relación de Navarra con el País Vasco al margen de la Constitución, tal y como se plantea en ese texto. Tras pronosticar un aislamiento político de Euskadi y una grave crisis socioeconómica, Sanz dijo que el plan Ibarretxe "oxigena a ETA" y conducirá a los vascos a un régimen de "libertad tutelada" dependiente de los terroristas.

"Su desafío merece una respuesta democrática, firme y decidida, y el Gobierno de Navarra", añadió, "hará cuanto esté en su mano para impedir una fractura social excluyente de imprevisibles consecuencias". Sanz sugirió que la renuncia "incomprensible" del lehendakari al Estatuto de Gernika como instrumento de legitimidad democrática gracias al cual alcanzó el poder y ha gobernado debería ir acompañado de su inmediata renuncia al cargo que ocupa.

Las relaciones oficiales entre Navarra y Euskadi son inexistentes, tras la ruptura decidida por el Ejecutivo navarro años atrás. Sólo hay contactos técnicos en algunas materias de mutuo interés.