Los directivos no se creen la tecnología
Un estudio de Gartner asegura que los ejecutivos no piensan que la informática ayude a conseguir o retener clientes
Los directores de informática tienen un trabajo duro. Ésta es la conclusión de una encuesta que ha realizado la consultora Gartner entre 2.800 directivos de todo el mundo. El estudio, que ha sido presentado esta semana en Madrid, indica que los responsables de las compañías observan con escepticismo las inversiones en tecnología, ya que creen que el dinero gastado les ha servido para reducir costes, pero no para ganar más clientes o retener a los actuales.
Unisys juntó en un hotel, durante dos semanas, al equipo directivo e informático de Bank of America para que discutieran
Los expertos creen que gran parte del problema se debe a que las compañías consideran la informática como un ente aislado y no estratégico
Es una polémica vieja que resurge cada vez que una empresa realiza enormes inversiones en mejorar sus sistemas informáticos y descubre después que no gana más dinero por ello. Alexander Drobik, vicepresidente de Gartner para Europa, Oriente Próximo y África (EMEA), reconoce que éste es uno de esos momentos. Muchas empresas gastaron enormes cantidades de dinero en renovar su parque informático por el llamado efecto 2000 -el caos que supuestamente iba a provocar el cambio de guarismo- y la era de Internet. Algunas creen que el gasto fue en balde.
"Es curioso", reflexiona el analista, "la gente se queja de que nada ocurrió en 2000. Y fue precisamente porque las empresas invirtieron en proteger sus sistemas".
Drobik ha intervenido esta semana en un foro que ha realizado en Madrid la compañía Unisys. El tema del simposio era, precisamente, averiguar por qué muchas compañías creen que la tecnología es un gasto, más que una herramienta.
Aumento de productividad
El vicepresidente de Gartner presentó una encuesta realizada en agosto entre 2.800 directivos de todo el mundo. En ella, los entrevistados creen que la tecnología sirve para ahorrar costes y aumentar su productividad, pero no les ayuda a conseguir o conservar clientes ni a mejorar sus flujos de caja (véase gráfico). Es decir, los directivos creen que invertir en modernizar su parque tecnológico puede mejorar aspectos de infraestructura interna, pero no creen que sirva para solucionar sus problemas de gestión externa.
"Los responsables del negocio y los de la tecnología no tienen un lenguaje común", explicó durante el debate del simposio Mauricio Ulargui, director de Plataformas y Desarrollo de Microsoft Ibérica. Drobik coincide en que ahí está gran parte del problema: "Si le preguntas a un ejecutivo si necesita tecnología, responde que sí. Pero si le interrogas acerca de para qué, se queda en blanco", explica. "Todos saben por qué necesitan invertir en publicidad", concluye. Según coincidieron los expertos que participaron en el debate, este problema se debe a menudo a una falta de entendimiento entre los directivos y su departamento informático.
Joe McGrath, vicepresidente ejecutivo de Unisys, cree que es necesario que los directores de informática y los ejecutivos se encuentren. Y lo dice en el sentido literal. Unisys juntó al equipo directivo y al de tecnología de Bank of America durante dos semanas en un hotel y, "aunque ambos eran muy escépticos", reconoce McGrath, "encontraron herramientas comunes para entenderse".
Drobik lo confirma con un ejemplo concreto de una gran compañía que iba a fusionarse con otra. Según explica el analista, la empresa estuvo 18 meses negociando la integración e implicó en ello a todo el equipo directivo, estudiando las consecuencias de la compra en todas las unidades de negocio -administración, recursos humanos, marketing, publicidad-. Lo único que no se analizó fue la situación de la infraestructura tecnológica, y, cuando hubo que integrar los sistemas de las dos compañías, el gasto en tiempo y dinero se disparó. "El problema se habría solucionado si se hubiera consultado al director de informática", dice el analista.
El debate sobre el papel de la tecnología en la empresa ha sido también el tema de un artículo reciente de la revista Harvard Business Review, que ha provocado cierta polémica. El texto, titulado Por qué la tecnología ya no importa, sostiene que la ubicuidad de la informática hace que pierda valor como factor competitivo y que se haya convertido un servico básico más, como la luz o el agua. Drobik discrepa. "Hay una gran innovación en la tecnología, y en áreas como, por ejemplo, la capacidad de la empresa para reaccionar en tiempo real, queda mucho por descubrir". Algo parecido opina McGrath. "La tecnología sí que importa", dice, "pero no como un ente aislado. En ese sentido, estoy de acuerdo con el artículo: la tecnología dejará de ser importante cuando esté integrada en todos los procesos de negocio".
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