Pequeño, elegante y sofisticado
Un utilitario fashion. La elegancia clásica italiana actualizada con estilo, un interior a la moda y un tamaño compacto para la ciudad. El Lancia Ypsilon es un coche pequeño y sofisticado que busca seducir al público urbano y en especial al femenino. Pero aparte de su estética ofrece una mecánica moderna, un comportamiento seguro, un buen equipo de serie y precios más asequibles que otros utilitarios de capricho.
Clásico y vanguardista
El Ypsilon es el Lancia más pequeño y su mejor baza para recuperar mercado en Europa. Desde 1985 se han vendido 1,8 millones de unidades de este coche y ahora se espera fabricar 90.000 al año del nuevo, 3.500 de ellos en España.
El utilitario italiano tiene una línea original y seductora que lo distingue. Su principal seña de identidad es la parrilla delantera cromada, que lo asocia con los últimos Lancia (Thesis y Phedra). Pero sobre todo crea una imagen clásica y elegante que define su estilo y le da mucha presencia. Se completa con unos faros grandes y con un parachoques discreto pero muy elaborado. El lateral, muy nítido, apenas incluye un pliegue de delante a atrás que refuerza su carácter. Y por detrás lleva los pilotos verticales en las aletas, con un diseño innovador que realza la personalidad y solidez de la zaga.
El resultado es un coche clásico y vanguardista a la vez, con unos trazos suaves y sensuales, y una imagen sofisticada. Pero lo importante es que tiene una buena aerodinámica (CX: 0,32) y refleja bien el estilo que Lancia necesita para captar el interés del público.
Sensación de bienestar
La originalidad se mantiene por dentro. El Ypsilon comparte la base mecánica del Fiat Punto, pero con un interior mucho más elaborado. Combina con clase algunos detalles retro y otros muy modernos para crear un habitáculo acogedor. Y se puede personalizar a medida con 11 colores de carrocería, 6 tapicerías y 8 tonalidades. Lo que más llama la atención es el ambiente colorista y alegre, con plásticos en dos tonos, tejidos llamativos y un diseño y materiales de tacto agradable y combinados con buen gusto. Así, el conjunto da sensación de solidez y está bien acabado, aunque deja ver algunos ajustes mejorables.
El nuevo Lancia tiene un salpicadero práctico y original: lleva la instrumentación en el centro, el equipo de música integrado debajo y el cambio en la consola. Pero lo que no está tan bien resuelto es la funcionalidad, porque hay pocos huecos para dejar objetos. Por lo demás, las plazas delanteras son amplias y cuentan con unas butacas grandes y atractivas. Y el asiento trasero ofrece suficiente altura y espacio para las piernas y está dividido en dos partes que se regulan por separado en longitud e inclinación para ampliar un maletero correcto (de 215 a 290 litros).
Cuatro motores y tres acabados
El Ypsilon se vende con cuatro motores: 1.2 (60 CV), 1.2 16v. (80 CV), 1.4 16v. (95 CV) y el 1.3 JTD turbodiésel, el más interesante. Todos llevan cambio manual de cinco marchas y el último cuenta también con un secuencial sin pedal de embrague. Hay tres acabados: básico, Argento y Platino, pero todos incluyen un buen equipo de serie y precios competitivos. El primero viene con cuatro airbags (frontales y de cortina), ABS, ordenador de viaje y todo lo habitual. El Argento añade tapicería de terciopelo y aire acondicionado, y el Platino tiene climatizador, tapicería de cuero, radio-CD... Además se ofrecen muchas opciones: ESP, navegador, techo panorámico...
Conclusión
El Lancia Ypsilon es un coche pequeño con clase y personalidad pensado para el público urbano. Tiene un interior atractivo y cuidado, una estabilidad bien resuelta, un turbodiésel rápido que gasta muy poco y un buen equipo de serie. Y los precios son más asequibles que los de otros utilitarios con vocación elitista.
AMBIENTE ALEGRE Y ACOGEDOR
El diseño interior y el cuidado de los detalles distinguen el habitáculo del Ypsilon, que combina soluciones clásicas y otras vanguardistas. En el salpicadero destaca la instrumentación, que va en el centro, incluye tres relojes circulares y lleva dos bandejas para objetos a cada lado. Pero lo que más llama la atención es el ambiente sofisticado, con plásticos bien combinados y tapicerías de terciopelo en dos tonos, muy atractivas y elegantes.
La capacidad interior es correcta y se puede regular la inclinación del respaldo y desplazar la banqueta de las plazas traseras. Sin embargo, la funcionalidad está limitada por la escasa dotación de huecos disponibles: dos posavasos poco profundos junto al freno de mano, una guantera justa y las bandejas de las puertas y los respaldos. Al menos la posición del cambio en la consola central, muy cerca del volante, resulta muy práctica en el uso diario.
Por lo demás, la capacidad del maletero está en la media de la categoría, pero se puede ampliar desplazando hacia delante los asientos posteriores y abatiéndolos por partes o al completo.
La zaga del Ypsilon es muy original y tiene un aire retro. Destacan el diseño del portón, con una luneta pequeña, los pilotos en las aletas y un parachoques alto.
UN CAPRICHO ASUMIBLE
El Ypsilon es más caro que los utilitarios populares, pero más asequible que otros coches pequeños de capricho. Cuesta igual que un Polo 1.4 TDi, aunque éste no incluye de serie ABS ni aire acondicionado, de origen en la versión 1.3 JTD del Lancia. Los demás tienen unas tarifas más altas: el Mazda 2 1.4 CRTDi es 850 euros más caro, y la diferencia con el Mini One Diésel sube a 2.700. Los dos incluyen cuatro airbags y ABS, y el primero también el climatizador, que en el Mini se paga aparte (975 euros). Por último, el Audi A2 1.4 TDi cuesta 6.500 euros más que el Ypsilon y viene con cuatro airbags, ABS, climatizador y hasta control de estabilidad ESP, que en el Lancia cuesta 600 euros.
El modelo italiano aporta una estética original, un interior muy sugerente y un turbodiésel que gasta muy poco, aunque acelera con menos brío que sus rivales.
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