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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Estudio sobre el miedo

Empezar una novela con un esbozo de la situación política mundial no es lo que se llamaría una entrada fácil. Pero sí, hay autores que meten, a modo de prólogo, la crisis energética, la lucha por el petróleo en la región del Golfo, las pruebas nucleares en Nuevo México, el potencial de la infantería alemana; pasan con un rápido movimiento de zoom de la estratosfera a las calles de Múnich, y logran un principio de novela fascinante. Es asombrosa la capacidad sintética y plástica de Wolfgang Koeppen (Greifswald, 1906-Múnich, 1996), olvidado durante medio siglo y redescubierto ahora también en España gracias al entusiasmo de la crítica anglosajona. En dos páginas proyecta, mediante un furioso staccato de adjetivos y frases cortas, un aluvión de imágenes, olores, ruidos, y perfila el escenario de su historia: un "campo de tensión" febril, situado en "la costura, tal vez la hendidura", entre mundo oriental y mundo occidental.

PALOMAS EN LA HIERBA

Wolfgang Koeppen

Traducción de Carlos Fortea

RBA. Barcelona, 2003

231 páginas. 16 euros

Las novelas de Koeppen de los años cincuenta -su trilogía magistral sobre la posguerra alemana, que forma el núcleo radiante de su obra, y que se inicia con el presente título- meten el dedo en la llaga de la realidad contemporánea, pero son, al mismo tiempo, atemporales. A través de las actividades y los pensamientos de los personajes se reflejan, en toda su subjetividad, las convenciones y prejuicios, las angustias e ilusiones colectivas del momento. Palomas en la hierba data de 1951, su acción se desarrolla en 1950 (no en 1991 o 2003 como podría pensarse en los primeros párrafos), en una ciudad grande, en pleno proceso de reconstrucción y reorganización tras el desastre de la guerra, cuyo recuerdo los sobrevivientes intentan dejar atrás: "La gente estaba hasta las narices; estaban hartos de esa época, hartos de las ruinas; la gente no quería ver reflejada sus preocupaciones, sus miedos, su vida cotidiana, su miseria".

Durante un día de verano,

en las calles de la capital bávara ocupada por las tropas americanas, se siguen los pasos de una veintena de personajes de todas las profesiones y capas sociales: el soldado negro, acompañado por un viejo porteador de maletas en su ronda de cervecerías; la mimada y ahora empobrecida heredera, en su camino al montepío; el agotado escritor, poco antes de encontrarse con un famoso poeta inglés -trasunto caricaturesco de T. S. Eliot-, un profesor enganchado a la cocaína o un grupo de turistas americanas a la caza de impresiones fuertes. Ellos son las "palomas en la hierba" del verso de Gertrude Stein, empujados por el azar, el miedo y la necesidad. La realidad a la que están arrojados -para los vencedores, una diversión; para los lugareños, un campo de batalla, para las señoritas americanas y el poeta inglés, territorio comanche- impone a todos la ley del más fuerte.

A esta panorámica de una sociedad que ha tocado fondo, Koeppen la llamó un "estudio sobre el miedo", y éste es el móvil predominante del comportamiento de sus personajes. La sutileza de la observación, la agudeza del análisis de la situación de cada uno, están ensalzados por la precisión del lenguaje que sin esfuerzo cambia de registro en cada nueva escena. No obstante, al lector hispanohablante sólo le llegarán atisbos de la elegancia y del ingenio verbales de Koeppen; más no trasmite la traducción, que está plagada de errores (algunos hasta divertidos: el sah de Persia ocupa el "trono del pavo"), de traslados literales y de arbitrarias violaciones del original, como ya ocurrió con Muerte en Roma, la última novela de Koeppen, publicada en la misma editorial. Aun así se percibe algo del aliento vibrante, de la fructífera ambigüedad y de la sustancia melancólica de Palomas en la hierba, una de las grandes novelas del siglo XX.

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