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La Universitat de València culmina la reforma de sus estatutos con el apoyo masivo del claustro

Los tres ex rectores asisten al 'parto' del texto legal que nace con 181 votos y 13 en contra

La Universitat de València dio ayer a luz a los nuevos Estatutos, que han tenido que ser "adaptados a la LOU por imperativo legal". El firme respaldo del claustro al nuevo marco legal (aprobado con 181 votos a favor y sólo 13 en contra) deja tras de sí un largo proceso de más de un año, que ha necesitado de dos presidentes al frente de la comisión de reforma, para poder "consensuar" las más de 2.000 enmiendas presentadas. Un proceso "democrático y transparente", en opinión del rector Francisco Tomás, que legitima al nuevo texto legal para ser el referente de la comunidad universitaria. "Éstos no son los estatutos del equipo rectoral, son los Estatutos de todos", resumió Tomás.

Cerca de 200 claustrales culminaron ayer tres días de trabajo e intensos debates, celebrados en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Educación, con la redacción final de los nuevos Estatutos adaptados a la Ley Orgánica de Universidades (LOU). A partir de ahora el proyecto entra en una fase administrativa (que legalmente no debería de alargarse más de cinco meses) a fin de que la Generalitat dé oficialmente el visto bueno al nuevo cuerpo estatutario, que entrará en vigor una vez que se publique en el DOGV.

Con el corolario de "A treballar per una Universitat millor" lanzado hace 18 años tras la aprobación de los primeros estatutos democráticos elaborados bajo el mandato del entonces rector Ramón Lapiedra -presente ayer en calidad de invitados junto a los ex rectores Joaquín Colomer y Pedro Ruiz-, Francisco Tomás invitó ayer a toda la comunidad académica a "poner en marcha unos estatutos" que, en su opinión, "consagran el carácter participativo y democrático" de los redactados en 1985. "De ellos recibimos su historia, pero hay que hablar de los estatutos en futuro, y no en pasado", sugirió al referirse explícitamente a "las novedades importantes" que contempla el nuevo texto legal en cuestiones, dijo, como el sistema de elección de los decanos y directores de centro, la articulación de nuevas estructuras administrativas por campus y la incorporación de mecanismos que "otorgan seguridad jurídica al trabajo docente e investigador".

En ese sentido, el rector subrayó que el texto aprobado ayer por una amplia mayoría "reconoce algo que los otros no reconocían: la dispersión geográfica de los campus".

Esta nueva estructura organizativa, explicó el rector, permitirá una organización administrativa más acorde con el proceso de reordenación y fusión de centros y facultades emprendida hace ocho años por su predecesor Pedro Ruiz, con el objetivo expreso de agilizar la organización académica y desburocratizar la gestión y la toma de decisiones. Según Tomás, la nueva fórmula concede "un mayor grado de libertad para que las distintas agrupaciones de centros puedan organizarse de una forma específica".

Asimismo, el rector subrayó -tanto en su breve intervención final ante el claustro como en la posterior rueda de prensa- que el nuevo marco legal "ofrece garantías democráticas y salvaguarda el papel de los jóvenes investigadores" formados en la universidad. Ésta era sin duda una de las preocupaciones más generalizadas entre los rectores del resto de universidades y, por ende, de los responsables de las universidades valencianas caracterizadas por su aportación al sistema nacional de ciencia e investigación, ya que la LOU crea nuevas figuras contractuales como la del "ayudante", dejando al arbitrio de un futuro decreto estatal la definición de los criterios que deberá seguir este profesorado para obtener una acreditación que los homologue para trabajar y que otorgará la agencia nacional de evaluación ANECA.

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"Los estatutos son prudentes en ese sentido", afirmó el rector al referirse al vacío legal existente en este momento respecto a los nuevos decretos de profesorado o al resto de normativas del Ministerio de Educación que fijarán los títulos de grado y postgrado y la ordenación de los centros y departamentos, entre otras medidas.

Tomás instó a "no mirar los nuevos estatutos como una suma de intereses de grupos o de personas", y defendió el "largo e intenso proceso de elaboración" en que se ha involucrado la comunidad universitaria, como, en su opinión, demuestra el hecho de que se hubieran presentado "más de 2.000 enmiendas" de la más diversa procedencia. "Éstos son los estatutos que marcan las directrices de cara al futuro" y permiten, subrayó, "potenciar la apertura de la universidad al mundo, articulando convenios con otras universidades y entidades públicas y privadas, tanto desde el punto de vista económico, como cultural".

"No son los mejores"

Los nuevos estatutos se aprobaron, inusualmente, sin abstenciones. La votación fue diáfana entre los partidarios del nuevo proyecto (181 manos alzadas) y los que rechazan el nuevo marco estatutario (13 votos) por proceder de la LOU, una ley que consideran "privatizadora", como hicieron público los estudiantes de la CEPC (Coordinadora d'Estudiants del Països Catalans), aunque a través de la Plataforma per una Universitat Lluire han participaron activamente en todo el proceso propiciando acuerdos "transaccionales", en opinión de profesores, PAS y miembros del equipo rectoral "muy satisfechos" con "el grado de participación" logrado en la elaboración del texto.

El voto mayoritario no refleja pues las grandes diferencias existentes en la Universitat, expuestas poco antes de la votación por el profesor Josep Lluís Barona, que representa a un sector que abogaba en sus enmiendas por un modelo "más participativo" basado por ejemplo extender el sistema de sufragio universal ponderado a la elección de los decanos y directores de centro, o que resolviera problemas como el recorte de la participación de los estudiantes impuesto por la LOU, como reiteró el ex candidato a rector Barona. "No son los mejores estatutos posibles", explicó Barona, porque, "han rehuido plantear la reforma administrativa o no resuelven los problemas territoriales, ni de representación de los estudiantes". No obstante, pidió el "voto a favor", justificado por el giro al primer borrador presentado por la comisión de reforma que, en su opinión, ha sido posible gracias a la mediación del profesor Carlos Ferreira, que asumió la presidencia antes del verano. "El marco está hecho", puntualizó Barona, "ahora viene la actuación política, que podrá ser más conservadora o optar por la modernización, confío en que el equipo rectoral trabaje por esto último". Tampoco estuvieron de acuerdo los miembros de la Unión de Estudiantes Universitarios (sindicato de corte más conservador) porque, según dijo Jorge Vázquez, "los Estatutos identifican el catalán con el valenciano", aunque pidió el voto a favor.

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