Magnatune entrega a los músicos el 50% de sus ventas a través de Internet

Aviso: Magnatune no es una tienda más que vende música en Internet. Magnatune permite escuchar completamente las canciones antes de comprarlas, y no sólo los 20 segundos de la mayor parte de los servicios actuales. Más: la música emplea licencia de libre distribución, por lo tanto es legal compartir las canciones compradas y pueden distribuirse en una red P2P. Y por último, pero no menos importante, la mitad del pastel es para el artista.

"No somos el demonio" es el lema del servicio inaugurado por el joven estadounidense John Bruckman. "La razón principal para montar Magnatune es simplemente que el actual sistema para los músicos no funciona", explica en un correo electrónico. "Quería ver si era posible un modelo de negocio alternativo para la compañía y los artistas".

La propuesta es audaz. El consumidor paga por el disco que compra lo que considera justo, en un abanico que va de los 5 hasta los 18 dólares. De momento los compradores se han mostrado generosos pagando por término medio casi 10 dólares, por encima de los 8 recomendados.

Una vez en manos del comprador, éste puede compartir la música como quiera (no puede revenderla), toda una ruptura con la filosofía de las grandes discográficas y servicios de música, cuyas canciones se venden protegidas para que no pueden compartirse.

"Es un poco peligroso", reconoce Demian Shoemaker, componente del trío Seattle Emma's Mini, grupo de rock electrónico de Seattle que vende su música en Magnatune; "pero confiamos en que si nuestra música gusta, entonces la gente nos apoyará. Lo que más nos mueve no es el dinero sino conseguir que nuestra música llegue a tanta gente como sea posible". No les ha ido mal: "El interés por nuestra música y las ventas han crecido drásticamente en los últimos meses".

Magnatune ofrece música de unos 50 grupos, a los que se suman mensualmente unos 20, seleccionados por Bruckman entre los 800 artistas que le envían su obra.

Bruckman glosa las ventajas para los artistas: "Oportunidad de licenciar comercialmente la música, mejor promoción, buen porcentaje en la venta de los álbumes y el control de los derechos sobre su música". Para los consagrados, Magnatune también tiene caramelos: "Pueden dar a conocer sus primeros trabajos y utilizarlo como un puerto seguro donde seguir divulgando su música cuando su discográfica los deseche".

Magnatune ha tenido medio millón de descargas desde mayo. Al mes factura 20.000 dólares, la mayor parte de ellos por descargas, aunque también ha firmado cuatro licencias para que su música sea utilizada comercialmente, en un anuncio, en una película independiente (44 dólares) o en una superproducción (miles).

"Es necesario desarrollar negocios rentables, pero que beneficien al mismo tiempo a la sociedad", dice Bruckman, que pone como ejemplo la mentalidad europea. "Yo me siento europeo", confiesa mientras recuerda que pasó su infancia en Francia con veraneos en Cataluña. "El camino inevitable de la industria musical es probar antes de comprar, aunque queda mucho por hacer".