Las esferas misteriosas

Hasta el 1 de febrero, al acceder a Caixafòrum, los visitantes se toparán con siete esferas de acero cromado de 50 centímetros de diámetro que vagan por el amplio vestíbulo del centro expositivo de la Fundación La Caixa en Barcelona. Se trata de las protagonistas de Reflejando el espacio, una instalación interactiva del artista danés Jeppe Hein (Copenhague, 1974) que forma parte de Espacios Abiertos, un programa pensado para dar vida a las áreas no expositivas de Caixafòrum con proyectos concebidos expresamente para estos entornos y en el marco del cual han presentado ya sus trabajos Chema Alvargonzález y Soledad Sevilla.

En su pausada e incesante marcha, las esferas de Jeppe Hein se alejan y vuelven a agruparse, se cuelan entre las piernas de los grupos de escolares e incluso se tropiezan con algún visitante apresurado. Su trayectoria no está programada, pero en sus entrañas se encuentra un software que dirige sus movimientos y les otorga un comportamiento autónomo, haciéndoles cambiar de rumbo cada vez que encuentran algún obstáculo que les impide avanzar, sea un objeto o un visitante. Su superficie cromada refleja los diferentes escenarios y situaciones que las rodean y la imagen distorsionada del público.

"Me interesa investigar los procesos de percepción de la obra y los mecanismos lúdicos que favorecen la interacción y la implicación del público. Las esferas se pueden tocar, pero no es necesario, e incluso resulta más interesante una interacción más sutil. Sin embargo, quiero ver cómo quedarán tras tres meses de exposición: su estado me dará una idea de la frecuencia y del tipo de interacción", afirma Hein, que hace un año realizó otro proyecto basado en una esfera, titulado 360º Presence.

"En aquella obra la esfera era más grande y su comportamiento mucho más agresivo. Cuando los sensores detectaban la presencia de un visitante, la esfera empezaba a rodar y a chocar con fuerza contra las paredes de la galería, que tras seis semanas de exposición acabaron totalmente dañadas", recuerda el artista. "Había mucha gente que no se atrevía a entrar por miedo".

Después de la inauguración en Caixafòrum, donde su instalación tiene un carácter mucho más lúdico y tranquilo, Hein volará a Suecia, donde presentará un proyecto basado en una llama situada en una amplia estancia que aumenta su intensidad a medida que el espectador se acerca hacia la pared en la que está situada.

El interés del artista en las potencialidades de los elementos le ha llevado a trabajar con el agua en muchas de sus instalaciones. En la última Bienal de Venecia, por ejemplo, presentó una fuente circular dotada de unos sensores que, al acercarse el visitante, cerraban los surtidores necesarios para abrir un paso y permitirle acceder al interior del pabellón de agua.

Jeppe Hein volverá a Barcelona el 3 de diciembre para ofrecer una conferencia sobre su trabajo.