Más de la mitad de los casos de sangrado menstrual excesivo no tienen una causa orgánica conocida
La menorragia, un trastorno que se caracteriza por un sangrado menstrual excesivo durante varios ciclos consecutivos, es la causa más frecuente de anemia y de histerectomía (extirpación de útero) en las mujeres occidentales. Se calcula que alrededor de un 12% de las españolas en edad fértil padece esta dolencia y que a casi al 60% de ellas se les extirpa el útero a los cinco años del diagnóstico. El primer documento de consenso español sobre esta patología, presentado recientemente en Madrid y auspiciado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, indica que hoy existen otras alternativas médicas y quirúrgicas a la histerectomía, y que ésta sólo se debe realizar cuando los primeros fallen o exista enfermedad orgánica.
El 12% de las mujeres en edad fértil padece menorragias, y al 60% se les extirpa el útero
"Más de la mitad de los casos de menorragia o hipermenorrea, como se le denomina en el lenguaje científico, son de origen funcional, aquellas en las que tras un estudio exhaustivo no se encuentra ninguna alteración orgánica. Se trata de problemas locales, de metabolismo, de prostaglandinas o de factores de la coagulación, que ocurren en el endometrio, tejido del útero que se desprende durante la regla. El resto de menorragias aparecen por causas orgánicas, pólipos, miomas, tumor de útero, enfermedad hepática o renal", indica Roberto Matorras, del Departamento de Obstetricia y Ginecología del hospital de Cruces de Bilbao.
La menorragia aparece en dos grupos de mujeres diferenciados: chicas jóvenes en torno a los 20 años, que todavía no han tenido hijos, y en mujeres a partir de los 40 años, que están al final de su vida reproductiva. Las causas y el manejo de esta patología son totalmente diferentes en un grupo y en otro. "Mientras que los procesos malignos son excepcionales en las mujeres jóvenes, se deben tener más en cuenta en las mayores. Y, por ejemplo, la enfermedad de Von Willebrand, un trastorno de coagulación, es frecuente en jóvenes y no aparece en mayores", explica el catedrático de Ginecología de la Universidad del País Vasco.
El primer paso importante al que se enfrenta el facultativo ante esta enfermedad es la confirmación del diagnóstico ya que, en un primer momento, el médico se basa en la información que le facilita la paciente, una información subjetiva y difícil de evaluar. Diferentes estudios confirman que la tercera parte de las mujeres que refieren reglas abundantes las tienen en realidad normales, y que en el 10% de éstas, la menstruación es escasa. Los manuales médicos dicen que existe menorragia cuando se superan los 80 mililitros de sangrado.
Según el documento de consenso, en el que han participado expertos de los hospitales más representativos del país, el tratamiento médico depende de las características de la paciente y siempre debe primar sobre la cirugía. Por orden de eficacia se administrarían antifibrinolíticos, que inhiben el mecanismo de la coagulación, antiinflamatorios no estoroideos, que inhiben las prostaglandinas, y agentes protectores de la pared vascular. Estos medicamentos sólo se toman durante la menstruación y no interfieren en el embarazo. Si la paciente es una persona joven que padece menorragia funcional y quiere prevenir un embarazo se administran tratamientos hormonales que, aunque menos efectivos que los no hormonales, cubren las dos facetas. Los sistemas de liberación intrauterina de gestágenos representan una buena alternativa en las mujeres de más de 35 años con menorragia y deseo anticonceptivo.
La histeroscopia es el tratamiento de elección cuando fallan los fármacos y antes de la extirpación del útero. Es una técnica no quirúrgica en la que se destruye la capa más profunda del endometrio, aunque tiene la contrapartida de que no es eficaz en todos los casos. Se realiza mediante diferentes métodos: coagulación, láser o balones térmicos.
"La histerectomía resuelve definitivamente la menorragia y, aunque el útero es una víscera cuya única función es la reproductiva, es una intervención no exenta de riesgos y complicaciones. Esta intervención debe realizarse sólo cuando los otros tratamientos no funcionan", afirma Roberto Matorras.
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