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La UE intenta aplacar la presión de EE UU contra su plan de defensa

Analistas y diplomáticos reconocen la existencia de fuertes divergencias

Los embajadores de EE UU y Francia en la OTAN, Nicholas Burns y Benoit d'Aboville, respectivamente, se odian amistosamente. El primero no perdona al segundo que París pusiera en peligro la unidad atlántica el pasado febrero. El segundo recrimina a Washington inmiscuirse en la defensa europea antes incluso de que los propios europeos concuerden qué es lo que quieren. En esa tesitura, el Consejo Atlántico se reunió ayer por la tarde para calmar aguas y preparar el encuentro mensual ordinario de hoy con el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE, su contraparte europea.

"Los norteamericanos han exagerado estúpidamente la situación, pero todos, y nosotros los primeros, queremos rebajar la tensión", comentaba ayer un diplomático europeo. "Nadie quiere poner en peligro la OTAN, y los europeos coincidimos en que la Alianza Atlántica debe seguir siendo nuestro eje central de defensa. Pero eso no significa que no tengamos derecho a desarrollar medios de planificación autónomos", agregó. Los líderes europeos, empezando por el presidente francés, Jacques Chirac, y por el primer ministro británico, Tony Blair, así lo dejaron claro el viernes al término de la cumbre de Bruselas. Sin embargo, también hubo unanimidad en subrayar que no habrá una verdadera Europa hasta que no haya una auténtica defensa europea.

Burns lanzó ante los embajadores del Consejo Atlántico el miércoles último una sorprendente diatriba, en expresión de algunos de los participantes, contra los planes de defensa europeos, calificándolos de una amenaza directa contra los cimientos de la OTAN. Analistas y diplomáticos interpretan la reacción del representante de Washington como una muestra más de las divergencias entre el Departamento de Estado y el Pentágono sobre la política de EE UU con la UE, así como una presión directa a los europeos, y a Blair en particular, en medio de la cumbre de Bruselas. Los líderes de la Unión tenían que abordar el capítulo de defensa con vistas a su inclusión en el texto de la futura Constitución.

El primer ministro británico dijo que está de acuerdo en que los europeos se doten de medios que permitan operaciones militares autónomas allí donde no vaya la OTAN, pero no por ello tienen que ser antagonistas con la organización atlántica.

Francia, Alemania y Bélgica siguen con la idea de desarrollar al máximo la autonomía y de aplicarla mediante "cooperaciones estructuradas". En la jerga comunitaria, esas cooperaciones se traducirían en la posibilidad de que un grupo de países pueda avanzar más en proyectos determinados. "EE UU no le perdona a Blair el pecado original de haberse reunido el mes pasado en Berlín con [el canciller alemán, Gerhard] Schröder y Chirac", comenta un diplomático de la UE. Washington se sintió sorprendido por la presencia de Blair y por el supuesto acuerdo de franceses, alemanes y británicos de llevar adelante las controvertidas "cooperaciones estructuradas".

Lo que algunos ya han calificado como el último enfrentamiento entre las dos orillas del Atlántico parece que se saldará a corto plazo con un resultado de tablas. Por un lado, Washington logrará que en las futuras reuniones entre el Consejo Atlántico y el COPS los europeos informen sobre sus proyectos, pero, por el otro, la UE no cejará en su idea de llevar adelante su limitada autonomía. Y así quedará concretado en la Constitución antes de fin de año.

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