Jiménez de Parga pide "una adhesión casi religiosa" a la Constitución y rechaza cambiarla

El presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, afirmó ayer que la Constitución necesita "una adhesión casi religiosa, como la que tienen los niños estadounidenses con su constitución". Jiménez de Parga añadió que no es partidario de reformar la Constitución, porque "un texto jurídico que se reforma cada pocos años no genera ninguna adhesión". El presidente del Constitucional inauguró en Granada unas jornadas sobre el 25 aniversario de la Constitución. Allí, el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, replicó que la intangibilidad era un principio de las leyes del franquismo.

Según Jiménez de Parga, los españoles, "por desgracia y a diferencia de los franceses o los estadounidenses, no tienen conciencia constitucional". El presidente del Constitucional lamentó esta falta de conciencia "porque la Constitución sirve de vínculo a todos los pueblos que están en España y son España". Y remachó: "Digo España, no como otros que hablan de Estado español".

Jiménez de Parga, que evitó hacer referencia al plan soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe, resaltó "el nivel de libertad y de autogobierno que tienen algunas comunidades autónomas" gracias al texto de 1978. En enero de 2003, los nacionalistas criticaron duramente a Jiménez de Parga por cuestionar la existencia de nacionalidades históricas en España.

Jiménez de Parga, ante unas 250 personas que abarrotaban la sala del acto, afirmó que la Constitución tiene el fallo de no ser más abierta, porque no permite ampliar los derechos fundamentales según avance la sociedad. Como ejemplo, citó "el derecho a dormir sin ruido" o el derecho a "la libertad informática". Para paliar ese defecto, Jiménez de Parga señaló que no es necesario modificar el texto, sino hacer una interpretación progresista de su contenido.

El consejero de la Presidencia intervino por la tarde y defendió la modificación del estatuto de Andalucía y de la Constitución, que, dijo, "debe adaptarse a los cambios políticos y sociales sin afectar a sus principios básicos". Y añadió: "La intangibilidad era un principio de las leyes fundamentales del franquismo, pero no de la Constitución". Zarrías reiteró la propuesta de convertir el Senado en una cámara de representación territorial.