Me aburro
Me aburren nuestros políticos. Me canso de escuchar cómo se dedican a lanzar diatribas contra el contrario: que si lo de Tamayo es una operación del PP; que si el PSOE propone que se vuelva al pacto del Frente Popular de la preguerra...
En el fondo, la falta de atractivo de la política es, sobre todo, la falta de atractivo de los políticos. Nuestros representantes se han encadenado a una forma de vida, la política profesionalizada, que les amordaza las ideas, les extirpa la imaginación y les vacuna contra las medidas novedosas.
La moderación, no por convicción, sino por miedo a las reacciones de un electorado esencialmente conservador, producen estragos entre las mentes con vocación política, y ésta, motor de todo cambio social, se transmuta en un discurso de "y yo mejor" o "y tú más", basando las victorias electorales más en hacer perder al otro que en ganar por la valía propia de mensajes y propuestas.
Nada de ímpetu, nada de pasión constructora de realidades nuevas y mejores. Madrid, los madrileños, merecen algo mejor que lo que se nos ofrece en estas elecciones. El modelo de representatividad basada en las listas cerradas y manejada desde los despachos antidemocráticos (¿quién lo duda?) de las ejecutivas de los partidos ha demostrado ser incapaz de procurarnos un marco de decisión política en que cada miembro de la Asamblea sea una persona libre de decidir y elegida por el electorado sobre la base de una confianza pública ganada. A mí no se me quitan las ganas de participar. Lo que se me quitan son las ganas de participar en el juego de influencias, corrupciones y pactos que nos ofrecen las fuerzas políticas con financiación suficiente como para ganar escaños. Y del aburrimiento, la apatía, y a seguir dejando que otros piensen por mí. En estas elecciones, que les vote Rita!
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