Bandadas de pájaros
Los turistas recorren las galerías de la cárcel de Kresty, en San Petersburgo, y observan el hacinamiento de los presos. Los turistas se interesan por dibujos que muestran los métodos de violación que usan guardas y prisioneros. Al salir de allí, los turistas adquieren como recuerdo unas figuras de miga de pan masticada hechas por los mismos que, desde cierta distancia, ocultan aún los ojos humillados. En My Lai, el punto de Vietnam donde tuvo lugar la famosa masacre, los turistas visitan el cementerio, el museo, un espectáculo de narración de cuentos y un monumento que reza: "Odio eterno a los invasores americanos". Los turistas que visitan My Lai son antiguos marines elevando sus dólares al viento monzón para que los arrastre hasta Pataya, Tailandia, donde es mejor no preguntar a las altas instancias militares dónde van los beneficios del turismo sexual. En el templo del Sol de Baalbek, Líbano, un grupo escucha a lo lejos el sospechoso sonido de un bombardeo. El guía, en un gesto apaciguador, inventa: "Es el canto de los pájaros". Y una bandada de esos "pájaros" vuela sobre ellos en formación.
TURISMO. MÁS ALLÁ DEL OCIO Y DEL NEGOCIO
Patricia Goldstone
Traducción de Andrea Morales Vidal
Debate. Madrid, 2003
370 páginas. 19,19 euros
En Turismo. Más allá del ocio y del negocio, Patricia Goldstone analiza, entre la historia, el reportaje y la crítica incisiva del experto, ese fenómeno de masas en los albores del siglo XXI, la esencia del invento como instrumento de política exterior. Su estudio resalta los lugares donde un pasado tormentoso ha convertido esa circunstancia en vital. El proceso es similar en todas partes. La teoría va por aquí: tras una época de conflictos, un país determinado inicia un proceso de paz reforzado por las ayudas del Banco Mundial; se estimula la inversión de especialistas en mercados emergentes mediante una propaganda, no siempre sincera, en materia de seguridad y estabilidad; se calculan las posibilidades turísticas en obediencia a la ley de que el turismo aportará divisas creadoras de una riqueza que, a su vez, consolidará la esperanza democrática, y así las mentiras sobre seguridad y estabilidad no habrán sido a la postre tales mentiras. La práctica va por este otro lado: los nativos abandonan las fuentes tradicionales de recursos para centrar sus esfuerzos en el turismo; la iniciativa o el tejemaneje de los más espabilados fomenta la división social; se concede un poder excesivo a las fuerzas de seguridad para proteger a los turistas; los controles sociales que amparan el turismo sirven los intereses de gobiernos represivos con la cara lavada y de las multinacionales que, gracias a la represión, imponen salarios a la baja; los países viven en exclusiva del turismo y quedan a merced de las regresiones económicas mientras fomentan un sucedáneo del resto bobo de una cultura y de unos privilegios naturales destruidos por el propio turismo.
Con un estilo ameno que
no desdeña la ironía ni el toque autobiográfico, Goldstone hace un minucioso recorrido por la historia de los agentes que han permitido este fenómeno (líneas aéreas, empresas de tarjetas de crédito, empresarios hoteleros, verdades sobre la guerra fría) con recorridos particulares por Cuba, Irlanda y Oriente Próximo. Es interesante el testimonio de honda desilusión y desarraigo, y más que interesante el diseño de la opinión pública mundial en conflictos como el de Bosnia-Herzegovina. Ya que en su versión original el libro se publicó en 2001, se echa de menos un apéndice acerca de las consecuencias reales de una premonición que, en efecto, sobrevuela el libro como una bandada de pájaros: qué ocurriría con los planes neocolonialistas que envuelven el turismo en caso de masacre terrorista. Pese a ese lapso, Turismo es uno de esos libros que, como La CIA y la guerra fría
cultural, de F. S. Saunders, y NoLogo, de Naomi Klein, ayudan a vislumbrar el encofrado de la cultura y de la realpolitik en el panorama actual.
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