Relato de denuncia contra la mendicidad
Centro de Madrid, confluencia de la calle Zurbarán con Génova, al lado de la sede del PP. Son las doce del mediodía. Una mujer joven practica la mendicidad a la vista de todos con un niño de unos 18 meses en los brazos.
Debe ser habitual en la zona, pues algunos se paran a hablarle mientras depositan dinero en sus manos. Mendigar con niños es delito, ¿o no? Y la pregunta se dirige a esos ciudadanos que no lo sienten así, que no sienten en sus carnes el dolor de ese niño colgado de esa mujer durante horas sin poder jugar, dormir, estar limpio, ser feliz. Nada se arregla con 25 céntimos de euro o menos.
12.15 del mediodía y este ciudadano avisa al 091. La Policía Nacional dice "ya vamos", pero no acude. Este ciudadano permanece durante una hora esperando, observando. Una furgoneta de la Policía Municipal aparca cerca por otro asunto, y el ciudadano les dice: "¿Ven ustedes a aquella mujer con un niño en brazos pidiendo? Fíjense bien, porque tendrán que denunciar lo que han visto".
Sí, lo ven. Se bajan de la furgoneta despacio, se colocan la porra y avanzan hacia el paso de peatones para cruzar la calle. La mujer ya les ha visto, pues permanece alerta todo el tiempo y escapa por Zurbarán arriba. Los policías se paran: "Se ha ido".
"No, va calle arriba", les dice el ciudadano, "corran". Pero no corren, andan, y el ciudadano detrás, e incluso delante de ellos.
Los policías dicen: "No corrimos porque el niño podría caer, y el daño producido sería mayor que el evitado".
El evitado es un futuro para un niño. Se trata de un hecho real de hoy mismo cuya conclusión es la siguiente: la policía no se gana el sueldo en esta ciudad, la ciudadanía no es consciente de que mendigar junto con un niño es un delito.
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