Un informe denuncia torturas y malos tratos en las cárceles catalanas

El primer informe que se ha realizado en Cataluña sobre la situación de las condiciones de vida en las cárceles dibuja un panorama muy sombrío con la existencia de diversos casos de torturas y malos tratos, saturación de las prisiones, falta de profesionales, deterioro de la salud de los reclusos, discriminaciones y vulneración de derechos fundamentales.

El Departamento de Justicia e Interior, que tiene traspasadas las competencias penitenciarias, descalificó ayer el estudio. Ramón Parés, director de prisiones, afirmó ayer que el informe no refleja la realidad de las cárceles catalanas, que es mucho mejor de lo que se dice. El informe ha sido elaborado por el Observatorio del Sistema Penal y de Derechos Humanos, integrado por juristas, psicólogos, antropólogos y sociólogos de la Universidad de Barcelona (UB).

Estos profesionales intentaron durante meses que la Generalitat les dejase entrar en las cárceles, e incluso los partidos de izquierda lo pidieron en el Parlamento autónomo, pero la respuesta fue negativa. Precisamente el rector de la UB, Joan Tugores, prologa el estudio y asegura que es "un instrumento de primer orden" para conocer una realidad "invisible".

El estudio relata cuatro casos de torturas o malos tratos que investiga la justicia. Hay varios más, dijeron los autores del estudio, pero los reclusos o los abogados se niegan a relatarlos. También se asegura que faltan 2.700 plazas penitenciarias y que eso explica que haya celdas hasta con 12 presos. La Generalitat sí reconoció ayer ese déficit, aunque lo situó en 1.100 plazas y aseguró que se está trabajando para solucionarlo. En cuanto a la mortalidad en las cárceles, el estudio recuerda que en la década de los 90 fallecieron 976 presos, y que en los dos últimos años se produce una media de cuatro defunciones al mes.