Nuevas normas para la residencia

Las normas han cambiado, aunque no a gusto de todos. Así lo expresa este estudiante: "Desde hace dos años, en las residencias universitarias de la Carlos III se podía contratar Internet al ser residente y podías conectarte desde la propia habitación. En principio, era un servicio que se ofrecía gracias a la colaboración de la universidad, puesto que la salida a Internet la ofrecía esta última y no se ponía ningún tipo de pega. ¡Cuál fue mi sorpresa este año! Al pedir el formulario para la conexión, leo que en las condiciones figuraba que se tenía que aceptar la posible monitorización de todo el tráfico de la red con el propósito de controlar los datos que recibía o enviaba cada residente. ¿Es esto legal o ético? Además, han llenado las condiciones de cláusulas y restricciones".

Un responsable de las residencias Carlos III aclara que el servicio ofrecido por los Colegios Mayores-Residencias, a través de la Universidad Carlos III de Madrid, es opcional y desde las residencias no se impide que los usuarios contraten otros servicios a de manera particular. La conexión que ofrece la residencia está sometida a las mismas reglas y restricciones que la red universitaria. Por lo tanto, no se permiten actividades comerciales. "En ningún caso hay control de los contenidos. La tecnología actual no nos permite determinar si un usuario baja una determinada película o canción. Al igual que en el resto de la Universidad, terminales de profesores y aulas de informática, hay un control de los perfiles de tráfico, que pueden ser indicativos de los protocolos utilizados", explica Ángel Arias, profesor de la Carlos III. La universidad recibió llamadas de empresas que se quejaban de que se producían intentos de acceso no autorizado a sus servidores. Arias subraya que "el fin de la Red es académico y docente, ya que se financia con dinero público".