Ciencia y tecnología: evaluar los riesgos
DE LA CONFRONTACIÓN SOBRE las virtudes y los peligros del progreso científico y tecnológico, el debate se esta desplazando hacia el reconocimiento de una necesaria circunspección. Los apologéticos aceptan que hay límites. Los críticos, que deben proponer soluciones. La discusión se centra en la naturaleza de esta prudencia y la manera de apreciar los riesgos.
"Ya no podemos dejar que el futuro llegue sin más", dice Bill Joy, en una entrevista. Confirma y matiza a la vez los temores que expresó en un artículo de la revista Wired en 2000. Alertaba entonces sobre los peligros del desarrollo paralelo de la genética, la nanotecnología y la robótica. La producción de microorganismos capaces de auto-reproducirse y auto organizarse se nos puede escapar.
El escritor de ciencia ficción Bruce Sterling cree que "algunas tecnologías son tan odiosas que la humanidad se alegraría si se borraran"
El informático Ray Kurzweil, en un artículo en CIO Magazine, dice que "cierta renuncia debe formar parte de una respuesta ética a los peligros del siglo XXI"
Bill Joy, fundador de la empresa informática Sun Microsystems, acaba de renunciar a sus responsabilidades como jefe científico de la compañía. En una entrevista a la revista Fortune publicada el mes pasado, confiesa que el 11 de septiembre de 2001, la neumonía atípica (SARS), y las armas de destrucción masiva, lo despertaron a los "peligros del mundo" y lo convencieron de que denunciar los problemas "ya no es suficiente". Decidió buscar soluciones y está escribiendo un libro "más normativo".
Ray Kurzweil, también informático, autor del libro La edad de las máquinas inteligentes, adversario declarado de las posiciones de Joy, publicó a principios de mes un artículo en la revista CIO Magazine titulado Promesas y peligros del siglo XXI. En este se pronuncia en contra de "una renuncia amplia" (broad relinquisment) al desarrollo tecnológico y científico. Pero agrega, y es nuevo: "Sí pienso que cierta renuncia debe formar parte de una respuesta ética a los peligros del siglo XXI". Sugiere "abstenerse de desarrollar entidades físicas que puedan autoreproducirse en un ambiente natural".
Bruce Sterling, autor de ciencia ficción y analista, acaba de sorprender con un artículo titulado Diez tecnologías que merecen la muerte (Technology Review, Masassachusetts Institute of Technology): armas nucleares, energía a base de carbón, motor de combustión interna, focos eléctricos, minas terrestres, vuelos espaciales habitados, cárceles, implantes cosméticos, detectores de mentiras y DVD. "Algunas tecnologías son tan odiosas que la humanidad se alegraría si fueran borradas", escribe.
Cuestionar tal o cual tecnología cuya eliminación Sterling propone sería pasar al lado de lo fundamental. Según Denise Caruso su intervención "aporta algo nuevo a la discusión" entre Joy y Kurzweil . Presidente del instituto Hybrid Vigor para la investigación interdisciplinaria, Caruso está preparando un libro cuyo título, Redefiniendo el riesgo, lo dice todo.
Tendemos a creer que las nuevas tecnologías naturalmente eliminan las antiguas, pero "obviamente no es cierto", afirma Caruso. La lista "de las tecnologías estúpidas del pasado" que siguen dominando nuestras vidas de forma incómoda es larga. "Lo que Bruce propone, y que comparto", precisa, "es un mecanismo diferente del mercado mediante el cual se decidiría cuales tecnologías ya no sirven y han de ser eliminadas".
Joy, Kurzweil, Sterling y Caruso, parecen estar de acuerdo sobre la necesidad de ser prudentes en materia de desarrollo científico y tecnológico. Este consenso abre nuevas dificultades. Los problemas del futuro, que Joy plantea sin dar respuesta, deben su complejidad al hecho de que "carecemos de datos históricos para evaluar esos riesgos", explica Denise Caruso. La problemática a la que ella se dedica consiste en encontrar un método para "evaluar los riesgos futuros". Nada que ver con la futurología pero podría ser más importante.
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