Polémica sobre Guillena /3
A Manuel Gil Valdivia, ciudadano de Guillena: Con gran interés y con no menos asombro leí la carta publicada en estas páginas el día 7 de octubre, en contestación a la carta abierta al alcalde de Guillena del día 1 de octubre.
Señor Gil: Si ha leído nuestra misiva con detenimiento, se habrá percatado de que no nos metemos con usted ni con los vecinos de Guillena. Pedimos, se lo recuerdo, que el alcalde no nos siga ninguneando. Pedimos que nos atienda en nuestras peticiones de desarrollo sostenible, participación ciudadana, transparencia política, trato equitativo, limpieza y diálogo. Pedimos que se nos considere como lo que realmente somos: un colectivo social legítimo e independiente con unos objetivos democráticos, y no una guerrilla urbana.
Señor Gil: La carta a la que usted responde va firmada tanto por mí como por mi compañero, secretario de la Asociación de Vecinos, de nacionalidad luxemburguesa y también vecino de "su" pueblo. Usted, sin embargo, en un ataque de xenofobia y rancio patriotismo local desenfrenados, llega a tildarme de "nazi" por ser alemán. -¿Si fuera ruso, qué me llamaría?, bolchevique?- Parece que no se le ocurrió nada con Luxemburgo.
Debo de admitir que, como filólogo, alemán (llevo más de 15 años afincado en esta acogedora tierra) y sobre todo como persona, me dolió el irresponsable y difamatorio uso que hace usted de unos conceptos ideológicos y hechos históricos deplorables. Llamarme públicamente "nazi" no sólo es repugnante. Demuestra la falta de talante democrático de usted y de la persona que, eso supongo, le manda expresarse de esta manera tan inculta.
Desconozco, señor Gil, el grado exacto de sus conocimientos históricos. Le invito aquí, sin embargo, a que profundice sus conocimientos con la lectura de testimonios de víctimas del nazismo, como Primo Levi, Imre Kertész, Marcel Reich Ranicki o muchos otros. Con la esporádica visión de peliculitas de guerra mal dobladas no basta.
También le invito aquí, como contrastado anti-nazi que se le supone, a que se reúna conmigo y con mis compañeros de nuestra asociación de vecinos en alguna de nuestras actividades "fascistas": plantación de árboles, limpieza de la red viaria, promoción del uso de energías renovables, recogida de animales sueltos o abandonados, defensa de los derechos de los ciudadanos, entre otros. Verá que existe y funciona el concepto de democracia de base. Que hay gente que trabaja gratis y desinteresadamente, sin oscurantismos, para los demás.
Verá que nosotros no somos estómagos agradecidos, que no nos movemos por el ansia del poder sino por el afán de contribuir, dentro de nuestras limitaciones, a la construcción de una Guillena democrática, tolerante y libre, ecológica y participativa. Y verá, al fin, que la diversidad puede constituir un elemento enriquecedor y no diferenciador. Que con respeto podremos tener cabida todos en "su" pueblo, nosotros y usted también.
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