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Albaneses y serbios fracasan en su primera cumbre sobre Kosovo

Aplazado el diálogo sobre el futuro de la región

Lo que debía ser "el primer diálogo directo" entre Kosovo y Serbia-Montenegro acabó en una reunión sin entendimiento entre las dos delegaciones. No obstante, los participantes en este encuentro, convocado en Viena por la misión de la ONU que administra Kosovo (Unmovic), presentaron como un hito el hecho de que cuatro años después de los bombardeos, dirigentes albanokosovares y serbios hayan logrado por primera vez sentarse en una misma mesa.

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"Es un día muy importante para la región y la comunidad internacional", sentenció Javier Solana, encargado de Política Exterior de la UE. Además, se decidió que a partir de noviembre se establecerán cuatro grupos de trabajo conjuntos para resolver "asuntos prácticos para mejorar la vida cotidiana de la gente", según anunció Harri Holkeri, director de Unmovic.

Chris Patten, comisario europeo de Asuntos Exteriores, recordó que fue necesario durante meses ejercer presión sobre ambas partes para que acudieran a la cita, de la que no se esperaba "ninguna revelación espectacular". El próximo paso será la formación de los grupos para tratar temas de energía y de transporte, así como para la investigación sobre los 3.700 albaneses desaparecidos y los problemas de los 200.000 serbios desplazados de Kosovo después de la guerra de 1999. La directriz propuesta por la comunidad internacional para esta primera toma de contacto fue clara: hay que resolver asuntos prácticos de inmediato y excluir la polémica sobre la situación jurídica de Kosovo.

Siguen abiertas las heridas entre la provincia balcánica que reclama su soberanía y la Unión de Serbia-Montenegro, que considera a Kosovo como parte de su territorio y prefiere no abordar de forma directa el asunto de su estatus político. El primer ministro serbio, Zoran Zizkovic, lamentó que no hubiera habido diálogo, sobre todo ningún diálogo directo. "Lo único bueno es que después de tantos años nos sentáramos en la misma mesa con representantes de albaneses de Kosovo", declaró, para añadir que el presidente de Kosovo, el albanés Ibrahim Rugova, "hablaba con Slobodan Milosevic cuando estaba en el poder, pero con el actual Gobierno democrático no habla".

Después de cuatro horas a puerta cerrada, en presencia del secretario general de la OTAN, George Robertson, y otros altos funcionarios de la ONU, la UE, la OSCE y del llamado "grupo de contacto", serbios y albano-kosovares comparecieron por separado ante los periodistas.

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"No veo cambio en la orientación del actual Gobierno de Belgrado en comparación con el anterior régimen", dijo el presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, refiriéndose al régimen del ex presidente yugoslavo, juzgado en La Haya por crímenes de guerra.

Rugova considera que la provincia de mayoría albanesa de facto ya es independiente. El nacionalista moderado exigió que el estatus de país soberano sea reconocido por la Unión Europea y EE UU para dirigir el proceso de reconocimiento a través de la ONU. Los serbios mantienen que Kosovo es una parte de Serbia-Montenegro.

George Robertson (izquierda) y Harri Holkeri, jefe de la ONU en Kosovo.
George Robertson (izquierda) y Harri Holkeri, jefe de la ONU en Kosovo.AP

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