"Tenemos razones para llorar"
Pedro Aznar, El Patojo, agricultor murciano, 53 años, cultiva tomates y pepinos en 22.000 metros cuadrados en Gañuelas (Murcia). "Trabajamos por amor al arte", sostiene este agricultor, dolido porque en una buena racha, como estas semanas de escasez, obtiene por sus tomates una tercera parte del precio al que finalmente se venden al público.
Ahora está vendiendo sus tomates a los mayoristas a "40 duros el kilo [1,2 euros]". En las estanterías, el kilo de tomate ha llegado a tres euros. "Lo normal es cobrar entre 40 y 50 céntimos de euro por kilo", sostiene Aznar, quien el pasado año, junto con cientos de cultivadores, protestó en la capital murciana por la disparidad que existe entre lo que perciben los agricultores por sus productos y los precios de venta al público.
"Los agricultores no lloran por llorar", afirma El Patojo, "tienen razones". Según Pedro Aznar, la ola de calor sí ha tenido influencia sobre los precios este año, y la cosa no remitirá, pronostica, hasta el mes de noviembre. El tomate que se recoge ahora corresponde al plantado hace 60 días, "y agosto fue muy mal mes. Donde debería haber seis tomates, hay dos".
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