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ELECCIONES 16-N

El PSC dice que Mas representa al "sector de los negocios" de CDC

Convergència atribuye las críticas de Montilla a la "desesperación" de los socialistas

El primer secretario del Partit dels Socialistes (PSC), José Montilla, hurgó ayer en el proceso que llevó a CiU a elegir a Artur Mas como candidato en lugar de Josep Antoni Duran Lleida -mejor valorado en las encuestas-, y afirmó que el conseller en cap fue aupado al cargo "no por currículo, sino porque es el candidato del sector de los negocios [de Convergència]". A su juicio, Mas está "condicionado" por "los mismos que se han estado aprovechando de este país durante 23 años". CiU atribuyó las palabras de Montilla a la "desesperación".

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Montilla no es candidato en las autonómicas del 16 de noviembre, pero ya ha dejado claro que desempeñará un papel clave en la campaña: será el duro del PSC, el látigo de Mas. Ayer, en una entrevista con la agencia Efe, volvió a recordar el "no muy brillante" pasado empresarial del candidato nacionalista en el Grupo Tipel -empresa presidida por Isidor Prenafeta que suspendió pagos en 1994- y lo presentó como un político que lo debe todo al llamado sector de los negocios de Convergència Democràtica (CDC).

"Si no fuera por ellos, [Mas] seguiría trabajando como técnico en alguna dirección general de la Generalitat", afirmó el primer secretario de los socialistas catalanes. Y añadió: "Los mismos que han nombrado a Mas son los mismos que se han estado aprovechando de este país en los últimos 23 años y, de forma muy especial, el sector de los negocios de Convergència". Esta supuesta connivencia durante años llevó a Montilla a definir al aspirante de CiU como un político "antiguo y rancio".

A juicio del dirigente socialista, un gobierno de Mas estaría "condicionado" por este sector porque, dijo, "seguramente les debe algún favor". Frente a esta actitud opuso un compromiso del PSC en favor de la "limpieza, la transparencia y la claridad".

Ante esta descripción de sus principales adversarios políticos es normal que el PSC descarte pactar con CiU tras las elecciones autonómicas, aunque Montilla no quiso cerrar completamente la puerta: consideró "altamente improbable" un acuerdo entre socialistas y convergentes, pero no imposible. Este pequeño resquicio es no obstante más bien una advertencia a Esquerra: si este partido tensa mucho la cuerda después de las elecciones, la gran coalición ganaría enteros.

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CiU contestó ayer mismo a las críticas del PSC a través de Felip Puig, portavoz del Gobierno. En su opinión, son "exponente de la gran desesperación del PSC" por sus expectativas electorales. "Montilla es la reserva socialista de la distracción y la destrucción", concluyó.

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