Cita en Barcelona y São Paulo
Compromiso entre el Fòrum 2004 y el Foro Cultural Mundial que organiza Brasil el año próximo
Cita en Barcelona y São Paulo. El Fòrum 2004 firmó ayer un convenio de colaboración con el Foro Cultural Mundial, que se celebrará el próximo año en São Paulo. Fue Gilberto Gil, el músico convertido en ministro de Cultura y una de las principales caras del nuevo Brasil presidido por Lula da Silva, quien ayer se declaró un firme defensor de la celebración de acontecimientos culturales como el que se desarrollará en su país entre el 26 de junio y el 4 de julio o el Fòrum de Barcelona. "La cultura es un elemento estratégico para la concepción de los gobernantes y la expresión de la conciencia", expresó Gil.
Para concretar esos acuerdos, Barcelona acogió ayer la reunión, entre otros, del alcalde y presidente del Fòrum 2004, Joan Clos; del ministro de Cultura brasileño y de los ex ministros del ramo de Francia y Portugal, Jack Lang y Manuel Maria Carrilho, respectivamente.
La firma del convenio entre el foro de São Paulo y el de Barcelona supone la organización conjunta de algunos acontecimientos que se incluirán en los respectivos calendarios, exposiciones o conciertos. Igualmente, cada uno contará con presencia en el otro acontecimiento. En concreto, el Foro Cultural Mundial participará en el diálogo Derechos culturales y desarrollo urbano. Gilberto Gil se mostró también dispuesto a participar en otras actividades del Fòrum 2004, pero musicales. "Ya veremos", dijo, entre sonrisas.Gil defendió su decisión de tener una doble dedicación, a la política y a la música. "Creo que es una buena mezcla y la sociedad brasileña parece también considerarlo así porque contribuye a enriquecer la política y a traer un aire más respirable". El ministro comentó que aceptó desempeñar la responsabilidad política para intentar "construir puentes entre la vida cotidiana y el Estado".
Maragall, Clos, Gil, Carrilho y Lang pasearon por la Rambla del Raval, el emblema de la transformación del barrio y una de las zonas donde viven más ciudadanos de origen inmigrante. Maragall cogió del hombro a Carrilho y le hizo de guía con gran satisfacción: en su opinión, el barrio ha mejorado mucho en los últimos años y ello, repetía, es mérito de Joan Clos, quien antes de llegar a la alcaldía fue presidente de este distrito.
La comitiva no pasó inadvertida, especialmente Maragall y Gil. Varias personas se acercaron al candidato socialista a la presidencia de la Generalitat y una se declaró encantada por la elección de Manuela de Madre como número dos de la lista por Barcelona. Pero quien más éxito tuvo fue Gil, el popular cantante convertido ahora en ministro de Cultura: un grupo de ciudadanos, que dijeron ser militantes en Barcelona del brasileño Partido de los Trabajadores (PT), lo reconoció y reaccionaron como admiradores ante un concierto: gritos, fotos, risas, emoción.
En realidad, el concierto llegó unos minutos más tarde: durante la visita al Taller de Músics -y a su local de música en directo, Jazz sí club-, en pleno Raval, Gilberto Gil se animó a interpretar una de sus canciones, Soy loco por ti, América, como él mismo dijo, cantada "en portuñol": cogió la guitarra y a los pocos segundos estaban todos siguiendo el ritmo y dando palmas: Clos, Maragall, su esposa, Diana Garrigosa, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, quienes coreaban con entusiasmo el estribillo, que probablemente acababan de aprender.
Los estudiantes del Taller y los músicos ya experimentados que se encontraban en la pequeña y abarrotada sala -entre ellos, Quico Pi de la Serra- no ocultaban su satisfacción por poder disfrutar, aunque fuera sólo por unos minutos, de la actuación exclusiva de uno de los grandes de la música brasileña.
Brassens
Maragall estaba tan satisfecho que él mismo se ofreció a cantar cuando subió al escenario para decir unas breves palabras: dijo que le entraban ganas de gantar Brave Margot, de Georges Brassens, pero que únicamente lo haría si le acompañaba Jack Lang. El ex ministro francés no se atrevió y Maragall desistió: se limitó a agradecer los apoyos recibidos, anunció un acto cultural "potente" de apoyo a su candidatura para el lunes y reiteró sus muestras de entusiasmo hacia el proyecto de Lula da Silva para Brasil.
Los invitados de Clos y Maragall dejaron claro reiteradamente sus simpatías por lo que llaman modelo Barcelona y no ocultaron su deseo de que el presidente del PSC se imponga en las elecciones del 16 de noviembre. Lang declinó cantar, pero subió al escenario para proclamar que actualmente hay mucha gente en Europa y en América que tiene sus ojos puestos en Cataluña con "la esperanza de que se produzca el cambio" de la mano de Maragall.
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